El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Mitt Romney, ha viajado este fin de semana a Israel para expresar su apoyo a su amigo el primer ministro Binyamin Netanyahu a solo tres meses de las elecciones presidenciales de noviembre.

Hay varios motivos que justifican el viaje, como la disputa por el voto judío en algunos Estados cruciales como el de Florida, pero el motivo más claro es la necesidad de mantener unas buenas relaciones con el lobby judío y la conveniencia de obtener donaciones de los magnates capitalistas más proisraelíes, entre los que se encuentra el señor del juego, Sheldon Adelson, quien está preparando su desembarco en Barcelona o Madrid, y que ha sido el principal donante de los candidatos republicanos durante la campaña.

Romney se ha prodigado en elogios hacia Israel y hacia su amigo Netanyahu, y ha dicho que apoyará plenamente a Israel en el caso de que lance un ataque contra Irán.

La competencia entre Romney y Obama para ver quién es más proisraelí está resultando muy ajustada. El presidente Obama ha firmado esta semana un documento que permite reforzar la transferencia de teconología armamentista a Israel, así como darle acceso a armas que hasta ahora los Estados Unidos no compartían y que son ideales para atacar Irán.

Además, ayer se supo que hace solo unos días estuvo en Israel el Consejero para la Seguridad Nacional americano, Tom Donilon, quien matuvo una reunión de tres horas con Netanyahu durante la que le explicó cómo marchan los preparativos para atacar Irán, según ha afirmado la prensa hebrea.

Los dirigentes israelíes no ocultan sus preferencias por Romney puesto que consideran que Obama no ha sido lo suficientemente proisraelí durante los últimos cuatro años. Además, temen que un segundo mandato le otorgaría a Obama un mayor margen de maniobra para tratar de forzar un acuerdo con los palestinos, algo que sin ninguna duda no haría Romney.

Por último, se ha de subrayar que Israel parece haberse convertido en una parada obligada para los candidatos a la Casa Blanca. Obama lo visitó en la anterior campaña y Bush hijo hizo lo propio en la primera de sus campañas. Es una indicación de la enorme influencia de Israel en Estados Unidos.