Balagán

Siria oscura e incierta

Poco antes de que los musulmanes invadieran la península ibérica en 711, gobernaba el rey godo Witiza. Algunos manuales escolares antiguos de historia se referían al futuro de este monarca en unos términos tan sugerentes como los siguientes: "Oscuro e incierto se presentaba el reinado de Witiza...".

Pues bien, esa misma expresión la podemos usar para referirnos al "reinado" de la dinastía Asad en Siria, pero también, yendo más allá, podemos aventurar que si Bashar al Asad es destronado, lo que cada vez parece más probable, el futuro del país no será de vino y rosas.

El devenir dirá si la guerra de liberación contra el régimen baazista ha merecido la pena. Por ahora solo tenemos un reguero cada vez mayor de muertos en los dos bandos, contando con una buena parte de civiles.

La derrota de Asad, que ayer sugirieron sus aliados rusos por primera vez, no garantiza que inmediatamente se instaure la democracia, y desde luego no una democracia al estilo occidental. Desgraciadamente hay indicios para pensar que muy posiblemente la caída del dictador no acabe con la guerra civil, dada la relevancia que los elementos islamistas han tenido en el país y en el exilio en las últimas décadas, así como la complejidad étnica de Siria.

El ansia de los neocon americanos de exportar la democracia a Oriente Próximo al precio que sea, o mejor, de exportarla a ciertos países de la región, pero no a otros, es una aventura arriesgada y de doble filo. En el caso de Siria se está haciendo, no sirviéndose de los grupos liberales, como ocurrió en Egipto, sino a través de las armas, que parece la única vía que existe para derrocar a Asad.

Ya son muchos millares los muertos y de refugiados en la aventura que comenzó hace casi dos años, y lo único que se puede desear es que acabe cuanto antes y bien, lo que quizás es pedir demasiado.

El régimen ha aplastado sin piedad a los Hermanos Musulmanes siempre que ha tenido ocasión, aunque es cierto que en los últimos años había mayor tolerancia hacia ellos, al menos hacia los más moderados, una tolerancia que se derivaba del implacable aislamiento que Estados Unidos aplicaba contra Siria, lo que debilitaba la posición del régimen.

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