Balagán

Los saudíes en Siria

Decenas de miles de muertos y millones de exiliados y refugiados no han detenido a las potencias que operan en Siria directamente o a través de terceros. Irán, Turquía, Qatar y Arabia Saudí son las "potencias" regionales que están inmersas en el teatro sirio. Estados Unidos, Rusia, Francia y el Reino Unido también juegan sus cartas con apoyo militar y de otras formas a los rebeldes o al régimen.

En los últimos tiempos los saudíes han visto con preocupación la deriva que está tomando el conflicto. Comenzaron apoyando a los rebeldes en general, y entre ellos a los islamistas, pero ahora se les antoja que no les conviene un régimen de los Hermanos Musulmanes.

En Riad parecen escarmentados con el cariz que ha tomado la revolución del 25 de enero. Consideran que la revolución egipcia ha sido un fracaso y aunque es cierto que apoyan financieramente, aunque sea de una manera limitada, al gobierno de Mursi, también es cierto que las relaciones entre los dos países no son fluidas.

Arabia Saudí siempre ha acogido en su territorio a hermanos musulmanes egipcios, pero la ideología de éstos está muy lejos de la de los saudíes. Los saudíes aspiran a un islamismo no politizado y salafista pasivo, mientras que los Hermanos Musulmanes representan justamente lo contrario puesto que ven el islam como un especie de ideología que también abarca al poder, es más, para muchos de ellos abarca al poder por encima de todo, lo que los convierte en peligrosos.

El objetivo primordial de los saudíes es desbaratar el régimen de Damasco para asestar un golpe a Irán y para asestar otro golpe a los chiíes libaneses, y estos dos intereses también los tiene Israel. Los saudíes encarnan la profunda aversión de los sunníes hacia los chiíes, pero no aspiran a que Siria se convierta en un baluarte politizado del islam sunní que atente contra su propio poder.

En la guerra que se desarrolla en Siria, los saudíes se están alejando de turcos y qataríes, que se muestran más cercanos a los Hermanos Musulmanes, aunque todos ellos siguen ayudando a los islamistas, incluidos los islamistas más radicales próximos a Al Qaeda, pues el primer objetivo que comparten es acabar cuanto antes con el eje Teherán-Damasco-Beirut.

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