Balagán

Mursi ante el abismo

La situación sigue deteriorándose en Egipto, donde el presidente Mursi tiene que hacer frente a una crisis permanente que ha puesto en marcha la oposición para desembarazarse de él.

Cuando se cumple un año de su acceso al poder, Mursi no sólo no ha conseguido ser el presidente de todo el país, como prometió, sino que sus actuaciones han dividido más a Egipto.

Por supuesto, el presidente cuenta con el apoyo de la mayoría de islamistas, especialmente de los Hermanos Musulmanes, pero por lo que está ocurriendo se concluye que ese apoyo es insuficiente para gobernar, máxime cuando los tribunales han desmantelado el parlamento y han puesto en jaque la Consitución.

Ayer Mursi declaró de nuevo que no tiene la intención de dimitir y que no habrá nuevas elecciones, como exige la oposición. Esta actitud sin duda va a exacerbar los ánimos durante el verano y es incierto si Mursi será capaz de mantenerse en la presidencia durante mucho tiempo.

La situación en las grandes ciudades es bastante delicada. Hay escasez de algunos alimentos, escasez de carburantes, cortes de luz y el país se va hundiendo poco a poco en el caos, mientras que los organismos financieros internacionales dan la espalda a Egipto.

En lugar de ayudar a Mursi, que fue elegido democráticamente, Occidente está azuzando a la oposición, que se siente fuerte. La situación se encamina ahora mismo a un conflicto que puede ser muy grave sin que necesariamente llegue a una guerra civil.

No hay que descartar una intervención del ejército. Ciertamente es difícil pronosticar qué va a ocurrir, pero una de las hipótesis de trabajo más graves se me antoja que es la caída de Mursi, de la forma que sea, incluso por una intervención militar, que crearía un sentimiento de injusticia entre los islamistas, seguramente con razón. Al verse arrebatados del poder, los islamistas podrían recurrir a una violencia más o menos organizada.

La sociedad egipcia está profundamente dividida y los llamamientos al diálogo de Mursi y Barack Obama no han sido escuchados, de manera que es muy probable que en un futuro próximo asistamos a un grave deterioro de la situación.

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