Balagán

Chinas en el zapato de Israel

Si hasta hace poco tiempo Israel tenía en el bolsillo a los dos grandes partidos americanos hiciera lo que hiciera, en los últimos años han surgido voces discordantes dentro del partido demócrata que molestan a Israel y a los poderosos grupos de presión judíos de Estados Unidos.

Este pasado martes se confirmó que una de esas voces, la de la congresista Ilhan Omar, ha ganado las primarias demócratas en el estado de Minnesota, y las ha ganado de calle, a pesar de que su rival contó con una suculenta inyección de dinero de distintos grupos del lobby judío.

Otras tres primarias demócratas las han ganado Jamaal Bowman, Rashida Tlaib y Cori Bush. Para desmayo del lobby judío, todos ellos han criticado la ocupación israelí y el apartheid que sufren los palestinos a diario.

Es cierto que no todo han sido buenas noticias para los críticos de la ocupación, pues el mismo martes el candidato a la presidencia Joe Biden escogió a Kamala Harris como candidata a la vicepresidencia. Harris es la más proisraelí del amplio abanico de mujeres que aspiraban a esa posición.

En los últimos años, un grupo de cuatro representantes demócratas ha logrado introducir en amplios sectores americanos un discurso al que no estaban acostumbrados, puesto que la única narrativa que trascendía a nivel nacional era la sionista.

No es extraño que el lobby esté destinando millones de dólares a los candidatos demócratas que rivalizan con cualquier demócrata que busque justicia para los palestinos, como ha estado ocurriendo en las semanas más recientes.

Al confirmarse su victoria en las primarias de Minnesota, Ilhan Omar declaró que la gente, cuando se organiza, tiene más fuerza que el dinero organizado.

En cada uno de los cuatro casos mencionados los candidatos victoriosos tuvieron que enfrentarse a otros seleccionados por los grupos de presión judíos que contaron con grandes recursos económicos si se les compara con los candidatos contrarios a la ocupación israelí.

La derrota más sonada fue la de Eliot Engel, un veterano congresista judío de Nueva York que presidía el comité de
Asuntos Exteriores, donde sistemáticamente votaba a favor de Israel y las colonias judías, y en contra de los palestinos e Irán.

Aunque este ha sido un duro golpe para el lobby, el trabajo que queda por delante es arduo puesto que el dinero lo puede casi todo.

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