Cartas de los lectores

3 de septiembre

La fórmula para salir de la crisis
En la situación en la que nos encontramos y con la que está cayendo, estamos en uno de los mejores momentos para comprobar por qué para la mayoría de los españoles la clase política es uno de los colectivos peor valorados.
El PSOE no da con la solución para salir de esta gran crisis. El PP lo critica, aunque no tenga muy claro el motivo. Y el PSOE arremete contra el PP por no dar soluciones, arrimar el hombro e ir contra nuestros intereses nacionales.
Ignoro si el Partido Popular tiene los polvos mágicos para salir de esta complicada situación. Pero si me paro a pensar, en el caso de que fuera así, ¿se los iba a comunicar a los socialistas? Pues vaya negocio entonces. Ya sabemos que lo de ayudar por el bien común no está de moda entre los miembros del PP.
Está muy claro de qué va todo esto. A nuestra clase política lo único que le interesa, salvo raras excepciones, es el poder y todo lo que ello conlleva.
Federico José Marín Rodríguez / Jerez de los Caballeros (Badajoz)

El PP, entre la amnesia y el falso patriotismo
Causa perplejidad el discurso político del PP. Uno podría entender que estar en la oposición les resulte incómodo, pero ¿por qué utilizar a los caídos como arma política?
Por lo expuesto hasta ahora, les gusta regodearse morbosamente sobre las tragedias de los españoles, olvidándose de que fueron ellos los promotores de nuestra participación en Afganistán. Es evidente su amnesia transitoria, pero valga recordarles que cuando su partido gobernaba, ocurrió el desastre del Yak-42 y hasta la fecha se han lavado las manos de sus implicaciones políticas y de sus responsabilidades; del mismo modo que les importa un bledo la situación de Ceuta y Melilla.
Eso sí, corrieron en estampida a Perejil para avasallar a unos cuantos pastores marroquíes.
Por obra no divina, por supuesto, han aflorado los escándalos de corrupción que salpican las comunidades regentadas por el PP y donde nuevamente sus señorías demuestran maliciosamente su amnesia.
Eso sí, nos hablan de "verdaderos españoles", de la patria, la bandera y el himno. Un discurso no muy alejado del populismo que tanto critican.
Luis Enrique Dorado/  Madrid

La clase política, examinada por los ciudadanos
El tercer problema de los españoles es la clase política, según el CIS. Se dice que dudamos de ellos. Hay sectores que desean llevarnos a estas convicciones. Podemos entrever turbios intereses y eso los ciudadanos, debemos considerarlo, y pensar quiénes y por qué están interesados en que esa idea arraigue. Es cierto que algunos políticos dejan mucho que desear con sus actuaciones y otros, con sus inhibiciones. Pero no todos son iguales. La mayoría son honrados, trabajan y con mayor o menor acierto tratan de que la convivencia sea buena, tarea no fácil.

No debemos dejarnos llevar por los que pretenden que nos inhibamos de la política, ya que llegaríamos a un punto sin retorno en el que nuestra sociedad democrática dejaría de tener sentido. Lo que sí debemos analizar es qué políticos trabajan y cuáles no para votar en consecuencia. Debemos ser capaces de pensar y actuar correctamente, sin que nos avasallen informaciones interesadas.
José María Martínez / Madrid

Ahora y siempre se debe dialogar con los militantes
"Ahora vamos a dialogar con la militancia y con la ciudadanía para conocer sus preocupaciones y poder compartir sus sueños", ha asegurado Jiménez en su campaña para ser candidata a la Presidencia de la Comunidad de Madrid.
Me asombra que diga esto, porque es exactamente lo que ha estado haciendo Tomás Gómez durante tres años en asambleas vecinales en todos los barrios y localidades de la comunidad. Asambleas a las que muchos ya hemos asistido.
Tomás Gómez fue quien inició este diálogo con los militantes y vecinos de Madrid, así que creo que Jiménez llega tarde y con los deberes sin hacer.
Alejandra Nuñez Fernández / Madrid

Intereses comunes, derechos para unos pocos
Después de la paliza propinada a los activistas canarios prosaharauis en el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, refiriéndose a este tema, nos dice que todo va a seguir igual, pues hay al parecer importantes intereses comunes entre ambos países que tienen que ser salvaguardados. Cuando habla de estos intereses, me imagino que se refiere tanto a la venta de material militar español a Marruecos como al espoleo de los caladeros pesqueros saharauis.
Lo que no sé es en qué medida valora el presidente del Gobierno
–que está ayudando a un país que además de no respetar los derechos humanos, ejerce un peligroso nacionalismo expansionista– el hecho de que Marruecos se salte una y otra vez el respeto a los derechos humanos.
Patxi Aznar Bellido / Andoain (Guipúzcoa)

El ‘show’ de Gadafi
Centenares de bellas mujeres han ido a escuchar una prédica islámica del presidente libio en Roma porque el propio Gadafi les pagaba entre 70 y 100 euros. Lo triste no es tanto que este personaje monte un circo –ya estamos más que acostumbrados–, como que este siniestro presidente no sea desautorizado por quienes pretenden ser verdaderos creyentes.
En el islam –al igual que otras muchas religiones–, hay demasiados políticos que manipulan el nombre de su dios para que incluso las personas moderadas sean capaces de cometer, o tolerar, que se cometan en su nombre los peores crímenes. El problema es que hay demasiados países que toleran para conseguir beneficios petrolíferos, que gobiernos que se proclaman islámicos cometen masivamente esos crímenes asesinando con infames torturas a quienes no cumplen con su particular concepción religiosa o moral.
Felipe Seara Navarro/  Madrid

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