Cartas de los lectores

5 de marzo

05 Mar 2008

Debate decepcionante
Soy uno de los posibles votantes indecisos. No me importa en absoluto lo que digan las encuestas ni las portadas de los periódicos sobre el resultado del debate, pues no voto en función de ello ni de quién resultó más televisivo, sino basándome en las propuestas y en la credibilidad que me merezcan los candidatos. Y ambos me decepcionaron.
Ni se ganaron mi credibilidad ni pude escuchar propuestas que me convencieran.
Continuaron atacándose el uno al otro, llegando incluso al insulto –acusar de mentiroso es un insulto–, hablando del pasado en vez del futuro, y sin que nos ofrecieran propuestas concretas para solucionar los problemas que nos aquejan, sino sólo buenas intenciones sin diferencias sustantivas entre las de uno y las del otro.
Encima se estuvieron interrumpiendo continuamente y cayeron en actitudes rastreras, como utilizar el terrorismo y las víctimas de 11-M para descalificarse mutuamente. Aunque ninguno de los dos me sacó de mi indecisión, como considero que el voto es un derecho y un deber, iré a votar.
Antonio García Ramoneda

Sabadell

Precariedad laboral
En muchas comarcas de nuestro país los puestos de trabajo son escasos y las condiciones laborales tercermundistas, más propias del siglo XVIII que del siglo XXI.
La elevada emigración de nuestros jóvenes, y no tan jóvenes, desde Galicia a otras comunidades españolas (País Vasco, Cataluña, Canarias, Madrid...) o países de la Unión Europea (Irlanda, Gran Bretaña, Dinamarca, Holanda...) es una prueba evidente de que algo no va todo lo bien que debería ir en Galicia.
La mayoría de puestos de trabajo son cubiertos por inmigrantes debido a los bajos salarios. Se aprovechan de ellos ofreciéndoles sueldos de 600 o 700 euros mensuales, contratos por obra temporal, con más de doce horas de trabajo, sin pagas extraordinarias, sin derecho a disfrute de vacaciones, sin ser dados de alta en la seguridad social, y en el mejor de los casos sólo cubiertos con una simple póliza de accidentes.
 José Manuel Pena

A Coruña

Otra vez la niña
Quedó claro en el segundo debate televisivo entre Rajoy y Zapatero que el Partido Popular, si gobierna, hará el trasvase del Ebro. Lo dijo Rajoy con todas las palabras. A ver qué reacción tiene ahora el PP aragonés al respecto. Gustavo Alcalde hizo el paripé en Madrid, le dieron un caramelo para que se tranquilizase y se vino con que el trasvase no iría en el programa electoral conservador. El trasvase lo convirtieron en transferencia de aguas sobrantes. Será que si gobierna Rajoy lloverá como nunca y así habrá agua para todos. De momento, los del PP aragonés se tragarán este sapo del trasvase una vez más.
Rajoy sacó de nuevo a pasear a la niña en los últimos segundos del debate. Parece que sea su talismán. La niña en cuestión tiene que estar más que harta de él, igual que se hartó su primo cuando lo mencionó para quitarle importancia al problema del calentamiento global o del cambio climático, que ahora sí le interesa. La niña de Rajoy es una realidad virtual, que no existe más que en su cabeza.
Antonio Nadal Pería

Zaragoza

Pasar por prisión
No llegó a sufrir los dos años completos de internamiento, en un momento histórico en el cual esa circunstancia otorgaba prestigio y representatividad social, y en una etapa de desarrollo personal de madurez y autonomía plenas. Sin embargo, 45 años después, cuando Jordi Pujol hace memoria pública de su vida, recuerda que la prisión le afectó negativamente: "Antes de entrar era una persona más dúctil, más abierta, más alegre, más franca. Nunca me he recuperado plenamente".
Poco a poco las cárceles españolas, utilizadas como amenaza casi universal, contra el terrorismo, la violencia machista, los conductores imprudentes, los jóvenes delincuentes, y otra gentes del malvivir, han devenido en almacén de hombres y mujeres. No existe una política penitenciaria reconocible, ni ocupa lugar alguno en los programas electorales.
Alejando las cárceles de las ciudades han conseguido hacerlas invisibles excepto para quienes las habitamos (internos y trabajadores penitenciarios), quienes las sufrimos ahora y seguiremos recordándolas amargamente, durante mucho tiempo, después de haberlas dejado atrás.
Luis Fernando Crespo

Alcalá de henares

Tengo una pregunta para usted
Fui al programa de Televisión Tengo una pregunta para usted con el Sr. Rajoy. En plató pero fuera de cámaras, prometió telefonearme y contestar a mis preguntas. Cumplió con otra chica del público porque le dio palabra ante las cámaras e hizo publicidad de éste hecho, pero ¿por qué no cumplió conmigo?
Pensé realmente que sería una persona de palabra, pero ahora me siento defraudada. Mi pregunta era "¿por qué habla tanto del terrorismo de ETA si ustedes nos introdujeron aún en otro mayor como es el islamista?".
Sr. Rajoy, ¿será así su programa político para los próximos 4 años?
Silvia Nuñez Martin

Barcelona

Vuelve la minifalda
Dicen que cuando la bolsa baja, las faldas suben, y debe de ser así porque la minifalda se va abriendo paso entre las vestimentas callejeras. Muchas veces con poca gracia y otras sin ninguna estética, las piernas buscan lucirse en un intento de seducir las miradas. ¿Será eso?
A mí lo que me preocupa es que la sexualización de las indumentarias femeninas ha llegado hasta los colegios y las casi-niñas son empujadas a desprenderse de su intimidad corporal en aras de ser admiradas por el sexo fuerte. ¿Violencia contra la mujer? En la medida en que ésta se deje tratar y mirar como objeto de deseo no arreglamos nada ¿Y quién se responsabiliza de ello? ¿Los padres?, ¿los maestros?
La imagen de mujer-excitante vertida sobre cómics, videojuegos y teleseries provoca una ruptura, la del alma –su espíritu– con su corporalidad femenina.
Eva Nordbeck

Barcelona

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