Cartas de los lectores

19 de abril

Los gustos de Aznar
Siendo jefe del Gobierno, José María Aznar puso de manifiesto ante el mundo entero que le gustaban las formas de hacer las cosas de George W. Bush en política exterior; en cambio, a la ONU y a la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles y de otros muchos lugares no les gustaron nada en absoluto. Hoy también sabemos que al presidente de honor de los populares le agradan las maneras del "amigo" Gadafi; sin embargo, a la ONU, a la mayor parte de los gobiernos de los países democráticos y a su propio partido, maldita la gracia que les hace. Además, el gran patriota conservador ha tenido el gusto de sembrar dudas sobre la solvencia económica de España; justamente lo contrario de lo que debería haber hecho.
Reza el dicho que sobre gustos no hay nada escrito; sobre los del señor Aznar, ya lo creo que sí: se leen a una legua.
Enrique Chicote Serna
Arganda del Rey (Madrid)

El expresidente del Gobierno
se aburre
Desde que Aznar dejó la política le ha costado mantenerse al margen de la actualidad, pero siempre ha demostrado que es un hombre
coherente: nunca entendió la falta de apoyo social en la invasión a Irak, ni entiende ahora la intervención aliada en Libia, mientras defiende a su "extravagante" amigo Gadafi.
Parece que el presidente de la FAES se aburre, porque siempre está en misa y repicando. Continúa fiel a la política conservadora del PP de tirar la piedra y esconder la mano: lo que funciona mal es culpa del PSOE y lo que va bien es herencia de su etapa en el Gobierno.
Eduardo Cassano
Barcelona

El escándalo laboral de Telefónica a costa de los españoles
Puede costar creerlo, pero así es: Telefónica ha decidido deshacerse del 20% de su plantilla a lo largo de tres años, a pesar de haber sido la empresa española líder en beneficios en 2010 y de obtener en ese ejercicio un récord histórico de ganancias de 10.000 millones de euros.
Este obsceno planteamiento empresarial, en el que quien más gana también destruye empleo estable
–para externalizar actividad, precarizándola laboralmente y ganar aún más– debería de ser radicalmente rechazado por cualquier Gobierno, pero también recibir una respuesta social y, particularmente, sindical. Si en estos tres ámbitos se traga con semejante escándalo, ¿qué cabe esperar que ocurra a continuación con cualquier otra empresa, por muy bien que le vaya?

Por ser totalmente injustificado e inmoral, resulta inadmisible que las arcas del Estado sean impunemente chuleadas por una cúpula directiva absolutamente desbocada en sus pretensiones: prejubilar personal masivamente a costa del erario público a la vez que se embolsa las más onerosas y sonrojantes retribuciones.
Beatriz García Rubio
Madrid

La procesión atea prohibida
en Madrid
Dice la Constitución que ninguna religión tendrá carácter estatal. Bonitas palabras vacías de contenido. Yo creía que esto significaba que uno puede declararse ateo, agnóstico o budista sin ser acusado de herejía. Pero parece ser que la Inquisición ha vuelto a Madrid. El cuerpo me pide blasfemar, pero comprenderán que no tenga alma de mártir ni me guste más fuego que el de las barbacoas. Así pues, abjuro de mis creencias heréticas. Faltaría más.
José María García Diago
Barciene (Toledo)

‘Mas’ de lo mismo
en la Generalitat de Catalunya
El Govern de Catalunya rebajará el IRPF de las rentas altas, es decir, bajará los impuestos a los directivos y empresarios para que puedan llegar a final de mes y pagar sus pólizas de salud privada, por aquello de los recortes. A propósito de recortes... con respecto a la enseñanza, ¿alguien podría enseñarle al conseller de Economía que, puestos a bajar impuestos, lo más lógico sería hacerlo con las rentas más bajas? Tenemos nuevo Gobierno pero es Mas de lo mismo: el sector obrero tendrá que seguir ajustándose el cinturón, mientras CiU sigue favoreciendo a los que menos lo necesitan.
Eduardo Cassano
Barcelona

Las alucinantes declaraciones de De Cospedal
Las últimas declaraciones de De Cospedal sobre los asuntos relacionados con ETA y la liberación de algún miembro de esta banda son alucinantes: vuelve a cargar contra la Justicia –que es la que ha dejado en libertad a esta persona– como ya ha hecho tantas veces con comentarios diversos pero sin pruebas. Con esta actitud pretende atacar al Gobierno, a la Policía, a los jueces y al Estado de derecho en general. Mientras tanto, su jefe mira para otro lado y alguno de sus compañeros la defiende. Menos mal que no son todos, ya que hay muchos dentro del PP que dicen que haría mejor en medir sus palabras. Los españoles ya hemos aprendido que no hay que creerla, a los hechos me remito, algunos en los juzgados.
Luis Ruiz Erro
Cantabria

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