El violinista del Titanic
Ángel Acebes se ha puesto gracioso por una vez: el otro día comparó a Zapatero con el violinista del Titanic (que seguía tocando aunque el barco zozobrase) y dijo que el PSOE tiene "plomo en las alas". No hay peor ciego que el que no quiere ver, eso no se cura. Y, además, el dirigente conservador no comentó nada sobre la valoración de Rajoy en la última encuesta del CIS. No es para tirar cohetes que su líder saque un 3,75 de nota, detrás de otros cuatro líderes políticos. En un aula sería nota para estar en el pelotón de los torpes....

Acebes no debería mostrarse tan optimista, ni gracioso. De hecho, el PP no acude a todas las manifestaciones contra ETA, y eso que le preocupa mucho el terrorismo (no fue a la marcha contra el atentado de la T-4 de Barajas, en el que murieron dos extranjeros).
Antonio Nadal Pería
Zaragoza

Vergüenza nacional
En mi juventud, me daba vergüenza ser de un país con una dictadura como la de Franco. Ahora veo que en Madrid se permiten manifestaciones fascistas, racistas, guerracivilistas y las múltiples autorizadas en torno al torno al 20-N, mientras que se han prohibido múltiples marchas de protesta contra esos fascistas y racistas, incluso las convocadas tras el asesinato de un joven por un fascista, "por razones de seguridad", según la Delegada del Gobierno. Lo que es seguro es que así no se construye ni mantiene la España democrática por la que tantos luchamos, fuimos desterrados y no pocos han muerto hasta nuestros días, como Carlos Palomino; ésa es la España de la que de nuevo me avergüenzo, y en cierto modo más, por llamarse ahora democrática.

Juan Salazar Tello
Madrid

Caudillismo
Durante años, gobiernos de todos los colores políticos de Latinoamérica se han dedicado a expoliar los recursos económicos de la ciudadanía. Como consecuencia de todo esto, la población ha dejado de creer en los sistemas tradicionales y aboga cada vez más por cambios radicales, sin importarle lo mas mínimo los riesgos que para la democracia en sí tienen dichos cambios. Como ejemplo podíamos poner a Venezuela, Bolivia, Ecuador y un sinfín de países donde la aristocracia política ha dado paso de nuevo a rémoras pasadas en las que el nacionalismo, el caudillismo y otros –ismos imperaban en Latinoamérica.

El hombre no es perfecto, y pese a que discursos un tanto demagógicos calen en la población, eso no quiere decir que las políticas que vayan aplicar sus autores sean las correctas. La puesta en marcha de iniciativas que buscan la refundación de Estados no conduce más que a un camino, y no es precisamente el la confraternización, sino más bien el de la fractura y el enfrentamiento. En este contexto, espero que tanto Evo Morales como Hugo Chávez aterricen de una vez en el planeta Tierra y dejen de utilizar las palabras para perpetuarse en el poder.

Jorge Ipiña Pando

Una seria distracción
Me parece lógico y debido que el Príncipe heredero vaya ejercitándose para su futuro cargo, mostrando ante la ciudadanía su preparación. Pero el que nos lo presenten pilotando unas maniobras de repostar aviones en vuelo es, cuando menos, sorprendente. Está claro que eso no se puede considerar un hobby, como ir de marinero en el Bribón, ni tampoco como parte de su trabajo, porque es evidente que nunca deberá hacerlo cuando sea Rey, por lo que constituye una seria distracción y dispendio de recursos; algo así como poner un cirujano a castrar mansos, operación sin duda útil y delicada, pero a otro nivel.

José María Grandas
Zaragoza

Santa Bárbara
La Iglesia es mucho más de lo que aparece en los medios de comunicación, porque muchos ignoran que atiende 22.700 parroquias, cuenta con 20.000 sacerdotes, 5.000 colegios concertados o 200 centros de educación universitaria. La labor de la Iglesia también se extiende a 107 hospitales y 1004 centros, entre ambulatorios, dispensarios, asilos, centros de minusválidos, de transeúntes y de enfermos terminales de Sida, centros de reeducación social para personas marginadas, orfanatos para niños abandonados... Lo que ocurre es que muchos nos acordamos de Santa Bárbara sólo cuando truena, convencidos de que, a pesar de todo, la Iglesia nunca nos fallará.

Pilar Mariscal
Málaga

Ofensiva laicista
Por considerarme insultado, deseo acogerme al derecho de réplica para contestar el comentario que Rafael Reig hace a mi carta publicada en ese diario el día 23 y que titulaba Niños mimados. No me ofende, como él me atribuye, que no se pongan belenes en el colegio; lo que me ofenden son las exposiciones (que no digo que se hagan en los colegios), mascaradas y obras de teatro blasfemas. Y decía que encuentro una contradicción que se prohíba lo primero en algunos centros públicos con la excusa de no molestar a los no creyentes, mientras que por otro lado, y apelando a la libertad de expresión, se permita lo segundo, que sí ofende a muchos creyentes. Éstos son hechos que han ocurrido y de los cuales han dado cuenta los medios; y los hechos no se discuten. El que ello sea consecuencia de una ofensiva laicista, como sí decía yo, es una opinión y se puede no estar de acuerdo, pero ello no justifica que para manifestar la discrepancia con la misma se me insulte insinuando que actúo siguiendo consignas de sacristía, preguntándome si he fumado algo más que tabaco, o tratándome de niño mimado y déspota. (Tengo más de 80 años, no fumo y en mi vida he tomado drogas). El que sí que mezcla churras con merinas es el señor Reig, sacando a colación las clases de Religión en los centros públicos, puesto que esas clases son voluntarias (en el último curso las pidieron más del 70% de los padres, que también son quienes las pagan con sus impuestos) y no creo que supongan ninguna ofensa para nadie. El tono crispado y despectivo del comentario al que me estoy refiriendo no creo que sea la mejor muestra de tolerancia y comprensión hacia las opiniones con las que no se está de acuerdo. En cuanto a lo que dice, parece darme la razón en que, efectivamente, existe una ofensiva de carácter laicista. Al menos en ese periódico, en el que no hay número en el que no se saquen varias noticias peyorativas sobre la Iglesia.

Josep Prats Carrasco
Salt (Girona)