Cartas de los lectores

3 de junio

Crisis alimentaria
Dice el Sr. Diouf que los problemas del mundo son complejos. Precisamente por eso, los problemas no surgen de repente. Por ejemplo, la crisis alimentaria que ahora parece preocupar tanto a la comunidad internacional, incluida la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), se ha ido fraguando durante años. Cabe preguntarse qué estaban haciendo mientras los organismos, cuya misión es precisamente garantizar la seguridad alimentaria mundial.
Roma acogerá estos días una cumbre en la que más de 180 países lamentarán la situación, presentarán soluciones mágicas y denunciarán que el hambre es la mayor vejación que puede padecer una persona.
En 1996, la FAO se comprometió a reducir el número de hambrientos a la mitad para 2015. Pero desde ese año el hambre aumenta. En 2000 se aprobaron los ODM, que prevén la reducción del porcentaje de hambrientos para 2015. Pocos países lo lograrán. En 2004 se aprobaron las "directrices voluntarias" para garantizar la seguridad alimentaria mundial.
Su aplicación la promueve una Unidad de FAO a punto de expirar.
¿Y esta cumbre, qué?
Carlota Merchán
Coordinadora de campaña
Madrid

¿Subidas razonables?
El truco no es nuevo. Hay que saber preparar al personal para perpetrar el exceso sin que se note demasiado. Se empieza diciendo que un determinado servicio va a subir, pongamos por caso, un 11,50%. Eso, naturalmente, crea alarma entre los usuarios por considerarlo un abuso.
Pero... tal como ya estaba estudiado, al cabo de unos días aparece el desfacedor de entuertos para desmentir el rumor: "La subida no será tan desorbitada".
Los ciudadanos ya se han tranquilizado. El aumento "sólo" supondrá un 6 o un 7 o un 8%. Una cosa razonable, una nimiedad, vaya. ¡Uf, qué respiro!
Jordi S. Berenguer

Barcelona

Sólo humo
El Ayuntamiento de Barcelona se gasta el dinero de los barceloneses en una nueva campaña de imagen, Visca Barcelona. Esta nueva campaña inundará muy pronto miles de hogares, cientos de páginas web e innumerables vallas publicitarias, por no mencionar los costosos anuncios en televisión ni los encartes en los diferentes periódicos.
Barcelona no necesita escuelas, ni una apuesta por el transporte público gratuito para los más jóvenes, ni tampoco una oferta cultural que realmente interese a la ciudadanía, ni unos nuevos programas de ocupación ni
de integración.
Los barceloneses pagamos impuestos para realizar estupendos vídeos y anuncios destinados a publicitar una realidad que no existe.

David Puentes i Jurado

Barcelona

Listas de espera
En marzo de 2006 mi hija entró en lista de espera de rehabilitación debido a la necesidad de curarse los nódulos que padece en las cuerdas vocales, como así lo diagnosticaron en la Consulta de ORL en Collado Villalba, municipio de la Comunidad de Madrid.
Pero en el Centro de Salud de Collado Villalba trataron de disuadirnos para que no nos apuntáramos en dicha lista, argumentando que había más de un año de espera para acceder a la necesaria rehabilitación.
Dos años más tarde, hemos sido derivados a un centro privado concertado de Las Rozas, a 26 kilómetros de nuestro domicilio. Mi hija asiste tres veces por semana y esta situación se puede alargar varios meses. Recorremos 156 km todas las semanas, por lo que ya llevamos más de 1.000 km, con el consiguiente gasto que ello supone.
Así es como la Conserjería de Sanidad de la Comunidad de Madrid se gasta nuestro dinero público para dar negocio a empresas privadas, en lugar de dotar de especialistas al centro de salud de nuestra zona.
Así es como están dando salida al problema de las listas de espera, que en nuestro caso ha tardado dos años en solucionarse. Así es como están abandonando la Sanidad pública.
Mariano de Mingo

Madrid

Moderación salarial
Si hay una expresión eufemística que pueda repatear a un asalariado, esa es la "moderación salarial".
No creo que haya nadie capaz de negar que la inmensa mayoría de los salarios españoles apenas permiten cubrir las necesidades básicas –casa, comida, ropa y gastos escolares– y demandan del asalariado la práctica totalidad
de su vida.
Se puede decir que los trabajadores dedicamos el 80% de nuestro tiempo a realizar un trabajo productivo para terceros a cambio de un dinero que nos permite seguir trabajando y poco más.
Los salarios en España en época de bonanza han sido cuanto menos exiguos; baste recordar que durante el reinado de Alfonso XIII el salario mínimo era de unas cincuenta pesetas, siendo el precio del alquiler de una buhardilla humilde de nueve pesetas, es decir, aproximadamente un 17% del salario; más o menos como hoy, ¿verdad?
Ahora que vienen las vacas flacas se nos dice que nuestros salarios se tienen que moderar. Según la RAE moderar es ajustar o arreglar algo evitando el exceso.  Es decir, que la "moderación salarial" viene a corregir un exceso que supuestamente se ha cometido hasta ahora al asignarnos el salario.
O sea que lo que realmente nos merecemos es un puchero, un catre en el tajo y a currar, mamarracho.
Mario López

Madrid

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