Cartas de los lectores

22 de junio

Imaginen
Imaginen que esta desaceleración, crisis (o como quieran llamarla, tanto da), se disparase. Imaginen que los precios de los alimentos subieran de tal modo que apenas pudieran llenar en óptimas condiciones el carro de la compra. Imaginen que, poco después, usted y su pareja, en uno de los numerosos expedientes de regulación de empleo, consecuencia de estos tensos momentos, se quedan sin trabajo; que el combustible termina poniéndose por las nubes (más aún); que no pueden pagar su hipoteca y les embargan su piso; que la vida, día a día, se va tornando un infierno.

Llega un día en el que, desasistidos, no saben adónde acudir: sin trabajo, sin hogar, ni ustedes ni probablemente la mayoría de los suyos, sumidos en una depresión económica de increíbles consecuencias; sin dinero, sin recursos, desesperados, deciden probar suerte en otro país en el que, por lo que les han dicho, no hay tal crisis, hay trabajo a espuertas, y dinero, y posibilidades de iniciar una nueva vida. Lejos de su gente, pero lejos de la miseria también.

Así que, ni cortos ni perezosos, tras meditar mucho los pros y los contras de dejar un lugar hoy hostil pero al que se sienten profundamente arraigados, se embarcan en la peligrosa aventura de cambiar de país. Peligrosa porque hay muchos más que, como ustedes, han elegido huir hacia adelante, y las fronteras comienzan a convertirse en murallas humanas en las que policías y otros cuerpos de seguridad retienen como pueden a las multitudes hambrientas.

Intentan entrar, sigilosamente, a través de un lugar menos vigilado; por allí, les dicen, hay alguna posibilidad. Al otro lado de la frontera está el éxito: en su país, el hambre y la miseria.

Al cabo de un tiempo, usted encuentra un puesto de trabajo humilde, pero que le permite subsistir; también su pareja. Logran escolarizar a sus hijos, alquilan una vivienda... y en pleno proceso de recuperación, un día, esas fuerzas de seguridad que no les atraparon en la frontera les descubren ahora: no tienen papeles que les permitan residir allí.

Su sueño de intentar una vida nueva se trunca. Son detenidos, encaminados a una especie de campo de refugiados y tratados como a delincuentes.

Los llaman ilegales; les denigran, les obligan a comer a velocidad de rayo el rancho que mal preparan para ustedes. Imaginen, además, la posibilidad de encontrarse en esa especie de purgatorio durante un año y medio antes de regresar, de nuevo, a la escasez, a la penuria.

En fin.
Puri Ruiz Escribano / Rincón de la Victoria (Málaga)

Emisora bendita
Hace algún tiempo, monseñor Carlos Amigo, a la pregunta de un periodista sobre qué opinaba de la cadena Cope, afirmó que ésta era una bendición de Dios. Pero, en estos momentos, a juzgar por la preocupación del cardenal arzobispo de Barcelona, la Cope ya no parece que sea tan bendita.
Y es que don Federico Jiménez Losantos, ese eminente y locuaz director de La Mañana de Cope, ya empieza a espantar a la clientela de la Conferencia Episcopal y, claro, no están los tiempos para perder adeptos ni equis en la declaración de la renta.
Pero no se preocupen sus eminencias por lo que pueda pensar la ciudadanía de lo que predica su locutor desbocado, pues, en estos tiempos, lo importante es que hablen de uno; lo de menos es que sea bueno o malo.
Lo importante es hacerse notar para que suba la audiencia y, en consecuencia, los ingresos.
De modo que lo que puedan perder por quienes dejen de marcar la equis, lo ganaran con creces en publicidad.

La reciente sentencia que condena al insigne periodista a pagar una multa de 36.000 euros debería servirle de escarmiento para que entienda, de una vez por todas, que la noble profesión de periodista no se ejerce utilizando la mentira, la descalificación y la infamia, sino la información veraz, los argumentos y las opiniones respetuosas.
Pedro Serrano Martínez / Valladolid

Adiós, Alaska
Alaska, el estado federal de Estado Unidos más cercano al Polo Norte, se juega en noviembre su "virginidad".
El actual presidente George W. Bush y el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, John McCain, han propuesto la explotación petrolífera de Alaska con el fin de paliar la dependencia energética del extranjero, y para ello quieren explotar la reserva natural del Ártico.
No importa que se requieran diez años para desarrollar el proyecto y menos aún el daño que supondría para el ecosistema.
Si analizamos de forma objetiva la problemática, es cierto que si Estados Unidos pudiese explotar las reservas del Polo Norte ya no dependería de otros países para que le suministraran el petróleo.
Así pues, al no darse dicha dependencia energética, Estados Unidos ya no tendría que apoyar a regímenes "sospechosos".
Este sería quizá el único punto positivo que se pudiera sacar de todo esto, aunque creo que los lobbies petrolíferos han dado las pinceladas a esta nueva idea republicana, y dudo de que las mismas vayan a renunciar a sus intereses en Oriente Medio, ya que no nos olvidemos de una cosa: el ansia de beneficios no tiene fin y, si no se acota, éste acaba corroyéndonos, como le va pasar a Alaska como nadie lo impida. Triste noticia para el planeta.
Jorge Ipiña Pando /Bilbao

Más visitas para un museo interesante
Los barceloneses tenemos un museo militar en el Castillo de Montjuic que tiene un enorme valor histórico, cultural y material con piezas de hace siglos.
Los objetos allí expuestos manifiestan una parte de la historia de Catalunya que debemos conocer todos los ciudadanos. ¿O acaso queremos perder una parte de nuestra historia?
El futuro tiene que apoyarse en el conocimiento del pasado si queremos mejorarlo.
Esta es la razón principal para visitar el museo.
Mª Teresa Delás / Barcelona

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