Cartas de los lectores

21 de junio

Viaje al pasado
No estoy de acuerdo con que Europa haya retrocedido al siglo XIX. Lo que yo creo es que Europa y el mundo en general han vuelto al Imperio Romano surgido tras las guerras civiles que devinieron a la muerte de Julio César, allá por el año 31 antes de Cristo. Salvo que, además, ahora también tenemos a Cristo de propina.
Se acabó aquello de un mundo de ciudadanos dueños de sus destinos. El siglo XXI va a ser semejante al imperio de César Augusto; un mundo dividido entre patricios –apenas el 1% de la población– y esclavos. Está visto que el ser humano es incapaz de ponerse de acuerdo para acabar de una vez por todas con los ricos. El Tratado de Lisboa va a representar nuestra última claudicación. Parece que nadie ha caído en la cuenta de que la democracia no es un fin en sí mismo sino la herramienta que nos permite legitimar una forma de gobernarnos elegida mayoritariamente.
Por otra parte, tampoco parece entenderse que la educación, la sanidad o el transporte no son fines en sí mismos sino medios para llevar una vida medianamente tolerable; que el objetivo fundamental de nuestros esfuerzos es conseguir un tiempo para compartirlo con quien queramos y donde queramos.
Bueno, pues parece claro que los amos del sistema no son de mi opinión y consideran que el común de los humanos debemos dedicar todo nuestro tiempo para que ellos disfruten del suyo con los frutos de nuestro trabajo.
Sinceramente, César Augusto no fue tan lejos en su odio a la humanidad.
Mario López / Madrid

Echarlos a la calle
Al visitar una cárcel, un rey español encontró que todos los presos se declaraban inocentes, víctimas de errores judiciales, excepto uno, que confesó estar allí por haber robado una gallina, y al que el rey echó de prisión para que no contaminara a tantos inocentes.
Hoy leo que el Gobierno va a investigar a los eurodiputados Borrell y Obiols porque no votaron a favor de la ley que crea los guantánamos europeos.
Que los eche sin más, no vayan a contaminar a los demás eurodiputados, fieles obedientes al pesebre que les da de comer aunque sea a costa aprobar la bien llamada directiva de la vergüenza, y de meter en la cárcel a los que cometen el horrible delito de emigrar por necesidad.
Javier Cobo Antón / Madrid

65 horas o 18 meses
Las directivas que permiten trabajar 65 horas semanales y la que permite encarcelar (ya sé que ahora se dice retener, pero yo prefiero el término tradicional) a los inmigrantes sin papeles durante 18 meses se ciernen como una tenaza sobre estos. La directiva que permite legalizar el trabajo semiesclavo de los inmigrantes sin papeles se complementa con la amenaza de cárcel si no aceptan esa nueva legalidad. Y todos contentos.
¿Nadie se da cuenta de que muchos trabajadores europeos se volverán contra los inmigrantes a los que las nuevas leyes obligan a aceptar estos trabajos, acusándolos de quitarles sus trabajos y sus conquistas sociales? Le Pen y sus correligionarios están de suerte en toda Europa.
Ricardo Marqués / Sevilla

Salud y República
Me gustaría recordar al pundonoroso defensor de la legalidad que su legalidad se sostiene sobre la escasa legitimidad de la reforma de un sistema dictatorial que destruyó la legalidad previa, es decir, la República. Aparte de eso, enarbolar una bandera republicana no es un acto de subversión, sino de justicia histórica.
La legalidad, la verdadera legalidad sólo pertenece al pueblo; el resto es puro artificio. Y no por ser el representante en un momento concreto le hace ser el único defensor y dueño de la misma.
Por cierto, si España algún día vuelve a ser republicana, lo de menos será el color de la bandera y lo de más los principios e ideas sobre los que se sustente. Señor Bono: Salud y República.
Diego Mendiola García /Santo Domingo de la Calzada (La Rioja)

¿Quiénes son los delincuentes?
Europa se defiende de los seres humanos a los que sus propias multinacionales y la banca mundial condenan a la pura y dura hambruna. Vergüenza de directiva contra la emigración... ¿quiénes son de verdad los delincuentes?
¿Por qué no se hacen inspecciones de trabajo y redadas masivas en las urbanizaciones de lujo para detener a los delincuentes que explotan a las internas en sus chalets sin contrato alguno?
¿Por qué no se persigue a los empresarios del ladrillo o de la agricultura que se han hecho millonarios a costa del trabajo sin contrato de muchos de sus trabajadores inmigrantes?
¿Por qué ya no se admite que los ahora llamados ilegales han levantado la economía y que sin ellos España se hubiera hundido?
Sindicatos, asociaciones, todos han mirado para otro lado... Ahora, con la crisis, los trabajadores sobran y pasan a ser delincuentes....
Patricia Corral Moirón /Cádiz

Accesibilidad
La línea 11 del metro de Madrid no posee ascensor en la estación de Elíptica para hacer trasbordo a la línea 6, a pesar de que es el único trasbordo que hay para acceder al resto de la red. Por lo tanto, las personas con silla de ruedas que vivimos tanto en Carabanchel Alto como en el Barrio de la Fortuna no podemos acceder a ninguna otra línea de la red de metro, con lo que nos resulta imposible desplazarnos mas allá del barrio de Carabanchel.
¿Cómo es posible que cuando recientemente se hizo esta nueva línea 11 y la nueva estación de Abrantes en la línea 6 se olvidaran de poner un ascensor para comunicar ambas líneas? Es sorprendente.
Enrique G. Blanco / Madrid

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