Cartas de los lectores

28 de noviembre

Ley de desconciliación familiar
Llevo años trabajando en un centro público de protección de menores, pero cuando ha llegado el momento de cuidar al mío, me he encontrado con la siguiente situación absurda: trabajo por turnos (mañanas, tardes, noches y festivos). Amparándome en la ley de conciliación familiar, pedí la reducción del 50% de jornada (y sueldo) con el fin de que mi marido y yo pudiéramos atender a nuestro hijo.
Admitieron la reducción, eso sí, de tal forma que a nadie se le volviera ocurrir la insalubre idea de cuidar a su hijo: trabajo todos los días con horarios ridículos imposibles de cambiar con mis compañeros, que nada tienen que ver con las necesidades del centro y mucho menos con las de mi familia. Ejemplo de ello son los turnos en los que trabajo desde las diez de la noche hasta las tres de la madrugada.
Como esto es absolutamente incompatible con el cuadrante de mi pareja (y eso que a él sí le dan facilidades) al final he tenido que buscar ayuda, que cuesta dinero, por lo que he de empezar a trabajar a jornada completa y que a mi hijo lo cuiden otros.
Mercedes Botija
Lukoil y el capitalismo ruso
El Estado no debe interferir en las transacciones y acuerdos entre empresas privadas, siempre y cuando no incumplan las leyes, particularmente las de competencia. Este principio sería aplicable en la compra de Repsol por parte de la compañía rusa Lukoil si ésta fuera completamente privada. Pero es que no lo es. Por mucho que la totalidad de sus acciones sí lo sean, se trata de una petrolera directamente controlada por el Kremlin y la mafia rusa (que tanto monta, monta tanto).
Pues bien, el mismo Gobierno que puso todos los impedimentos a la entrada de la compañía E.ON (alemana y totalmente privada) en Endesa (y todo porque sus amigos de La Caixa querían comprar a la hidroeléctrica), y que precisamente tanto se ha distinguido por sus prácticas intervencionistas, mantiene ahora que no tiene nada que hacer.
El Gobierno, pues, debe frenar la entrada de Lukoil en el accionariado de Repsol. Si no es así, cabría preguntarse cuál es el verdadero interés que mueve a Zapatero a permitir la entrega de una compañía energética española al Kremlin.
Pedro Moya/ Murcia

Gallardón los impuestos
Al PP se le llena la boca de decir que si gobernara bajaría los impuestos. La presidenta de la Comunidad de Madrid ha suprimido el impuesto de transmisiones y donaciones. Sin embargo, el Sr. Gallardón, alcalde de Madrid, no se cansa de subir los impuestos que son de su competencia.
Acabo de pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles de mi vivienda, 289,08 euros; el año pasado, fueron 256,50 y el anterior, 226,99. El aumento del año pasado a este es de un 13%, y, con respecto al año 2006, representa un 26,5%.
Pero... pásmense. En 1998, mi IBI fue de 15.939 ptas., que, comparado con los 289,08 euros de este año (equivalentes a 48.085 ptas.), supone el descomunal aumento de un 201% en los últimos diez años.
Hay una figura delictiva que es la apología del terrorismo; ignoro si existe la apología tributaria pero, exista o no, conminaría a todos los contribuyentes de Madrid a que se negaran a pagar tan abusivos aumentos impositivos, y más, en tiempos de crisis.

Gallardón se está jugando muchos votos.
Francisco Puch/Madrid

Guerras de religión
Con escasos días de diferencia se han producido dos hechos que nos recuerdan a las guerras de religión de siglos pasados y que no acabamos de superar en España. Uno, el intento frustrado de colocar la placa de Sor Maravillas en el Congreso y el otro, la sentencia del juez de Valladolid que dicta la retirada de los crucifijos en un colegio público a iniciativa de unos padres.
En el primer caso, se aprecia que el nombramiento de personas que alardean de católicas para las altas instituciones del Estado no es inocuo y pueden pervertir la neutralidad del mismo.
En el segundo, ha sido un juez el que ha tenido que decir que el Estado es neutro y aconfesional y que lo que tendrían que hacer todos los representantes civiles y autoridades del Estado es aplicar la Constitución. La ministra de Educación se lava las manos y dice que el asunto es competencia del Consejo escolar; la Junta de Castilla-León va a recurrir la sentencia y así sucesivamente. ¿A qué conduce todo esto? Pues a lo dicho, en vez de educar al pueblo y legislar claro, alto y rápido, dejamos que las guerras religiosas se mantengan
durante años.
Felipe Domingo

Estanflación
Qué acrónimo tan malsonante y poco entendido como dulce y claro para otros. Me estoy refiriendo a la estanflación.
Lo cierto es que, paradojas de la vida, la subida o bajada de los precios del petróleo nos han llevado a tener tasas de inflación nunca vistas, rozando el 5%, y ahora, paradojas de la vida, y debido al cambio de tendencia en el precio del barril de petróleo (con precios bajando hasta los 40 dólares), nos encontramos con el susto –o alegría, según se mire-–de un posible crecimiento real negativo de la tasa de inflación como no se veía desde hace 60 años, permitiendo la entrada a este palabro llamado estanflación.
Pues bien, algunos ven una gran suerte esta menor subida de la tasa de inflación. Por otro lado, están los que piensan que este acrónimo es nefasto para la economía, sobre todo, si sigue subiendo la tasa de desempleo, con unos pisos altamente devaluados y con una hipoteca hiperinflacionada.
Concluyendo, yo soy más de la segunda postura... malsonante y poco entendida.
Antonio Casterá/Puerto de Sagunto (Valencia)

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