Cartas de los lectores

10 de enero

¿Estadista incomprendido?
Pero ¿de qué va José María Aznar? Este señor no se entera de la misa la mitad y, en el ejercicio desacertado de un rol como ex presidente de Gobierno –al que suele reconocérsele cierto marchamo de credibilidad y discreción que no advierto en él–, piensa que puede ir arrojando sentencias verbales para crear opinión pública a favor de sus erráticas reflexiones. No le hace favor alguno a su partido con sus afirmaciones; más bien, lo sitúa en el disparadero del desapego con la base social que apoya al Partido Popular y que puede sentirse ciertamente incomodada por las locuacidades verbales de un José María Aznar que confunde exabruptos con aforismos.
No contento con lanzarnos a una guerra ajena, manifiestamente ilegal, arguyendo mentiras contra de la mayoritaria opinión pública española y de numerosos parlamentarios de su partido, a los que hurtó la libertad de opinión, subyugada por la disciplina de partido; no contento con negar al PP la libertad para elegir a su líder, nombrando a dedo a un Mariano Rajoy al que después –elegante él– le ha pegado más de una sonora bofetada sin mano (la última, San Gil participará de las actividades de las FAES); no contento con su actitud arrogante frente a los que no opinan como él, ahora quiere vendernos que Bush es un estadista que recibe incomprensión en la hora de su despedida. Quizá Aznar no tiene la valentía de echarnos en cara su propia pena por su trayectoria política, porque ese alegato no es más que un achaque velado por el trato que le dieron las urnas a su delfín y por el desafecto que después ha ido recolectando de quienes le apoyaron en sufragios anteriores.
Señor Aznar, estadista es una persona con gran saber y experiencia de Estado. ¿Qué tiene que ver con Bush tal definición? Siga así y nada tendrá que ver con usted.
Juan Carlos Pérez /Bormujos (Sevilla)

Probablemente, no
La polémica sobre la existencia o no de dios viaja en autobús urbano. Mientras unos la cuestionan y propugnan vivir libres de la culpa del pecado, otros reivindican su fe en el creador proclamando la alegría que les proporciona vivir bajo su dictado.
Demasiado derroche de energía por ambas partes para una cuestión tan poco empírica como irrelevante. ¿De verdad es tan importante la constatación o no de su existencia? ¿Determinarla cambiaría sustancialmente nuestro concepto de la vida?
Personalmente, fui educada en un catolicismo rancio y preconciliar hasta que mi padre, tras su segundo matrimonio, abrazó el budismo con idéntico entusiasmo. El equilibrio entre mi instinto y lo que se me inculcó en ambas religiones me inclinó perversamente hacia el agnosticismo radical.
De existir dios, ¿cuál sería el bueno?¿ El de los israelíes, que conduce a su pueblo a sangre y fuego a la conquista de la tierra prometida?, ¿o el de los católicos, que les ha inspirado cruzadas contra el infiel y ha quemado herejes en la hoguera? No importa. De ser verdad que existe una inteligencia superior que maneja los hilos, que sepa que cuenta con mi antipatía.
Ana Cuevas / Zaragoza

La España del desempleo
La ola de desempleados en España sigue creciendo para desesperación de las familias y poco más. El Gobierno, que apostó en su último programa electoral por el pleno empleo, no es capaz de poner orden y trabajo en lo que es un derecho y un deber. Mientras tanto, la oposición parece estar intentando aportar seguridad, pero en su partido, y en ello debe de estar gastando todas sus energías.
Las otras minorías bailan al mismo son, incluidos los mismos sindicatos, que se han quedado mudos, si es que aún defienden a los trabajadores, ya que a veces lo pongo en duda, puesto que, en plena riada de despidos, apenas se les ha oído ni visto, más bien se han atrincherado en un trasnochado sindicalismo de oficina en vez de tomar iniciativas solidarias frente a un sistema de dominación indisociable provocado por la economía de mercado que debe ser depuesto.
Hay motivos para alzar la voz. Los embustes políticos sobrepasan la crisis económica internacional. En sólo unos meses habrá miles de parados más y seremos los primeros en Europa en metro cuadrado por desempleado. De hecho, los responsables de la economía mundial ya nos miran con recelo. En suma, que la España del desempleo está siendo una fuente de angustia y puede convertirse en una verdadera calamidad social si no se ataja con políticas solidariamente comprometidas con las familias que estén en una situación precaria. Menos predicar (mentiras) y más dar trigo.
Víctor Corcoba

Gangas
El sello de la sociedad consumista, por si había alguno que aún lo dudaba, ha quedado fehacientemente plasmado una vez más ahora que nos desbordan las grandes rebajas en plena época de crisis.
No hay más que ver cómo ingentes masas de gente, pertrechadas con sus abrigos, desafían las crudas temperaturas invernales que nos asolan abarrotando las calles y plazas de nuestras ciudades a la caza y captura de las suculentas rebajas, tentadoras ofertas y enormes descuentos de los centros comerciales.
Parece como si se tratara de un juego de prestidigitación, de ilusionismo o de magia, pero es la vida misma.
Más de uno opina que bien vendrá para salvar la nefasta campaña dejada atrás por las caídas morrocotudas que han experimentado las ventas, así como para elevar tanto el optimismo como la moral del ciudadano, tan debilitada en los últimos tiempos y que, por cierto, tanta falta hace siempre a nuestra sociedad.
Miguel Sánchez / Zaragoza

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