Cartas de los lectores

16 de enero

Camino
La cruzada de Ratzinger contra el laicismo y la destrucción de la familia se conoce en el mundo católico como Camino. Este itinerario evangelizador surge de la relación entre el actual Papa y Kiko Argüello, representante de la moral más ultraconservadora de la Iglesia neocatecumenal. Las bases de esta guerra santa contra el ateísmo rampante son conocidas como los Kikos. Su lema, "Salvar a la familia", les induce a mostrarse beligerantes contra los Gobiernos infieles como el nuestro, que propician su aniquilación a base de leyes impías e incluso sodomitas. Para mí, lo más inquietante de esta gente es su percepción de la libertad de los demás como una
amenaza personal.
Entendería que quisieran implantar su modelo familiar disuadiéndonos de nuestro libertinaje con su ejemplo, pero su vocación evangelizadora va más allá. Están dispuestos a convertirnos a cristazos, a conducirnos por un único camino a la salvación que nos ofrece su único dios. Son intolerantes hiperactivos contra cualquier otro tipo de familia que no sea la numerosa y movilizada que ellos representan. Personalmente, les agradezco su interés por mostrarme el camino que conduce a su cielo. Pero ya me
disculparán si elijo otro sendero queme permita hacer el recorrido respirando bocanadas de libre albedrío.
Ana Cuevas / Zaragoza

Nebrera y ‘er andalú’
La crítica de la todavía miembro del PP catalán Montserrat Nebrera a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, a propósito de su "acento de risa", no ha hecho más que destapar unas flores que circulan aún por alcantarillas.
Si la Junta de Andalucía hubiera recogido las conclusiones del estudio sobre el andaluz de 1980 no nos encontraríamos ahora ante este callejón sin salida. Sin el sello oficial, el habla andaluza no deja de ser más que una variante más o menos cercana al castellano. Sin embargo, aquel estudio analizaba y describía la presencia de fonemas propios –el ADN lingüístico previo al Documento Nacional de Identidad, el sello de una Academia–, literatura propia –desde las jarchas de los siglos IX-XI a Manuel Machado–, construcciones gramaticales y léxico propios, etc. Y en el caso de las vocales, la presencia de cinco vocales cortas para el singular y otras cinco largas-aspiradas para la formación de las desinencias del plural. Curiosamente, la economía del lenguaje ha funcionado en Andalucía de manera análoga al francés y el italiano, frente al conservadurismo castellano.
El no reconocimiento oficial de esta realidad hace que aún hoy los andaluces nos enfrentemos a un bilingüismo diario. Por un lado, nuestra habla coloquial y, por otro, el acercamiento al castellano en los medios o lugares públicos. Sería deseable que la Junta y el Ministerio de Cultura tomasen nota de estas observaciones, ya que el estudio del andalú junto al castellano en Andalucía elevaría la autoestima de los andaluces e induciría a la práctica de la pronunciación castellana.
Julio Tapia /Benalmádena (Málaga)

Humo de primera, segunda y tercera mano
Cuando celebramos el tercer aniversario de la entrada en vigor de la Ley de Medidas Sanitarias contra el Tabaquismo, la mal llamada Ley Antitabaco, pues puede generar discordia tal apelativo –no se va contra nadie–, podemos afirmar que ha tenido un gran éxito y un gran fracaso.
Primero lo bueno: ver como se ha implantado sin despertar discordias, más allá de un simple diálogo subido de tono, entre fumadores y no fumadores. Y ello en contra de las voces agoreras que vaticinaban que la sangre llegaría al río entre ambas partes. La sociedad sabe lo que quiere y de qué manera lo quiere: con consenso o con desacuerdo cívico. Pero su gran fracaso ha sido advertir cómo la inmensa mayoría de los bares pequeños se han convertido en guetos para fumadores.
Hoy día es tarea ardua encontrar un bar con menos de 100 metros cuadrados donde saborear un café o una cerveza con su tapita sin salir oliendo a tabaco, y esto se contradice con la propia ley.
Juan Carlos Pérez / Bormujos (Sevilla)

Sobre Polonia
Aprecio mucho la interesante iniciativa de ofrecer a los lectores de Público el DVD de la famosa y premiada película El pianista, dirigida por un director de cine polaco, Roman Polanski. La película, basada en las memorias de un compositor polaco, Wladyslaw
Szpilman, El pianista, muestra de manera magistral la realidad de un país que durante la Segunda Guerra Mundial perdió seis millones de sus habitantes.
Sin embargo, me ha causado un profundo asombro la expresión "Desgarrante historia en la Polonia nazi", utilizada por su periódico para promocionar la película y que podría, fácilmente, inducir al error a los lectores no familiarizados con la Historia de Europa. Polonia nunca en su historia fue nazi. Durante la Segunda Guerra Mundial estaba bajo la ocupación nazi.
Tanto para los polacos como para muchas personas de muchos países europeos, los acontecimientos relacionados con la Segunda Guerra Mundial siguen siendo un tema sensible y cualquier equivocación podría herirles. Teniendo en cuenta la importancia que tiene evitar cualquier malentendido, quisiera agradecer la rápida reacción del equipo de Público y la inmediata corrección
de la errata.
Ryszard Schnepf / Embajador de la República de Polonia

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