Cartas de los lectores

12 de julio

El efecto Hemingway
Ha muerto uno de los corredores de los encierros de San Fermín. Lo siento mucho. Pero no por el hecho de que haya muerto, sino de la forma en que lo ha hecho.
Personalmente no me sorprende una muerte en un evento como el mencionado; como tampoco me ocurre cuando un torero fallece o es corneado por un toro; jugar con fuego tiene estas cosas.
Lo que realmente lamento de esta muerte es lo evitable que era; es escuchar y leer en las crónicas periodísticas que la fiesta sigue y que "estas cosas pasan", que ha sido "mala suerte" o que "le tenía que tocar a alguien y ha sido a él".
Pocas muertes son tan estériles como ésta. En nombre de la tradición y de la adrenalina propia y ajena... que viva San Fermín.

Ignacio Caballero / Madrid

Declaración peligrosa
Ha habido un pronunciamiento extremadamente grave por parte de la dirección nacional del PP: que el presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, no dimitirá de su cargo ni aunque resulte condenado por sentencia judicial y que, llegado el caso, recurrirán progresivamente dicha sentencia hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Esta afirmación sitúa al principal partido de la derecha española fuera del sistema político, pues no confía ni en la Administración de Justicia ni en nuestro ordenamiento jurídico. Cualquier formación política que asuma como propia la defensa numantina de un condenado entre sus filas se coloca en esa tesitura de partido antisistema. Un partido de Gobierno no puede recorrer hasta el final la trayectoria judicial de ninguno de sus miembros, pues asume el riesgo de ser identificado con la actitud que conlleva la conducta tipificada como delito.
El líder del PP, Mariano Rajoy, debería saber a estas alturas que en política nadie es imprescindible y que, por encima del aprecio o interés, debe prevalecer la credibilidad del proyecto y del partido. Lo contrario convierte al líder en un simple títere o rehén de miedos o favores.

Francí Xavier Muñoz Sánchez / Madrid

¿España, paraíso fiscal?
Sin entrar a analizar lo que no pagan los ricos y otros y las innumerables triquiñuelas de los empresarios para no contribuir en su justa medida al Erario Público, uno se pregunta si no será nuestro país uno de esos llamados paraísos fiscales. Sí, como Mónaco, por citar uno cercano que acoge a gran cantidad de deportistas de elite.
Hace unos días, nuestro Parlamento no ha sido capaz de acordar una subida de impuestos a los más pudientes –a los que pueden pagar sin problema–, y ahora sabemos que los deportistas aristócratas –caso de Cristiano Ronaldo– tienen un tratamiento, por parte del Estado español que, si se compara con el que se les dispensa en otros países, resulta un tanto chocante.

Si nos centramos en el citado jugador del Real Madrid –que se embolsará al rededor de 13 millones de euros al año–, podemos apreciar que su gabela por temporada sumará unos cuatro millones y medio de euros, aproximadamente. Es decir, casi 18 millones de euros menos que si, con el mismo salario, jugara en Francia; unos tres millones –euro arriba, euro abajo– menos que si lo hiciera en Holanda; más de ocho millones de euros menos que jugando en Italia...
Después de conocer estos datos, está más que claro que los futbolistas de los grandes clubes y el resto de deportistas destacados viven en un gran paraíso fiscal.

Ángel Morillo Triviño /Castuera (Badajoz)

El pecado de la Iglesia
En cada página del Evangelio, Jesús nos exige que cuidemos de los más pobres, pero en ninguna parte habla del tema estrella de la jerarquía católica actual: la prohibición de un pecado que esos varones no pueden cometer, el aborto.
Ahora los obispos y sus acólitos acaban de convocar una gran manifestación contra la pobreza, acto que, así, evidentemente menosprecian. Lo demuestra también el que, al revés que en otros países, aquí esos príncipes de la Iglesia no se dignan a participar en esa manifestación por los pobres saliendo de sus palacios episcopales con sus trajes de gala de 20.000 euros.
Decididamente, para los verdaderos cristianos, esta Iglesia es, cuando menos, farisea.

Gonzalo Torres Pardo / Madrid

Adiós al rey del pop
Muchos critican la desmesura del sentimiento colectivo. ¿Cuántas personas mueren a diario y no le damos importancia, ni les lloramos si acaso reparamos en ellos? Sin embargo, la suma de popularidad más ingenio de alguien excepcional en el campo que sea hace que lo sintamos tan próximo que su marcha nos duele casi como un familiar.
Nunca me creí los abusos de los que fue acusado. De hecho, el primer niño al que su padre llevó ante los tribunales, ya mayor ha confesado que todo fue un ardid de su progenitor para sacarles de la pobreza.
Querido Michael: gracias por enaltecer mi alma tantas veces sombría, por haber compartido durante un tiempo el mismo Dios, gracias por la ingenuidad de mostrar sin pudor tu comportamiento infantil, por traspasar estereotipos, por ser un Peter Pan que construyó su propio castillo blindado contra la maldad.
La aplastante realidad se impuso a tu rebeldía de no querer crecer ni morir. El huracán de la vida no perdona a la muerte ni a la nada, siempre está por encima del deseo y paradójicamente el deseo es el impulso que nos mantiene vivos.
Neverland es y será también la tierra de muchos. Me gustabas en tu arte y también en tu locura. Fuiste parte de mi temprana juventud y eso es más que suficiente.

Violeta Iglesias Alonso / Madrid

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