Cartas de los lectores

13 de julio

El corazón de la Hacienda Pública
En un año tan castigado por la tan cacareada crisis mundial, todos los obreros que, ineludiblemente, hemos de someternos al escudriñado examen de la anual declaración de la Renta comprobamos atónitos cómo la campaña "Hacienda somos todos" deja a más de uno tirado por tierra a la espera de su ansiada devolución para emprender el merecido descanso de las vacaciones o simplemente tapar algunos agujeros.
A las arcas del Estado es muy difícil que la crisis les pase factura: ellos tienen la sartén por el mango. Por lo tanto, les importa un bledo que muchos contribuyentes permanezcan a la espera del importe para iniciar unas vacaciones o irse de rebajas, o lo que les venga en gana, pues para eso es su dinero. También, en muchas ocasiones, para prestar ayuda a familiares.
Parece mentira que los políticos de turno no hayan tenido en cuenta los apuros y necesidades que muchos ciudadanos están atravesando en estos momentos para acelerar el proceso. A fin de cuentas, yo puedo pasar sin unas vacaciones, pero sé de otras personas que dependen de esa cantidad para satisfacer otras necesidades de mayor envergadura. Por cierto, ¿Hacienda somos todos/as?
Francisco Pelayo Sánchez / Las Palmas de Gran Canaria

Tribulaciones de Aznar
Nuestro abracadabrante héroe de Perejil, José María Aznar López, nos acaba de confesar que se plantea todos los días volver a la política. Quién se lo hubiera imaginado. Este hombre es una caja de sorpresas. Se ve que, transido por ese rapto de sinceridad que ha arrebatado a sus correligionarios populares, ha decidido manifestarlo abiertamente.
Cuánta majestad encierra detrás de ese su humilde bigote, tras años sufriendo la afrenta de verse apartado del liderazgo nacional, sin poder ayudar activamente a levantar ¡España! ¡Y sin decir ni mu! Ni la más leve queja. Ni una sola crítica. Siempre apoyando a los Gobiernos de su país, calladamente, huyendo de todo protagonismo. Dejándose oír, tan sólo, en el extranjero.
Está bien este ataque de sinceridad al que se han lanzado sin complejos los herederos del extinto Movimiento Nacional. José María, además, por si dudáramos de sus patrióticas motivaciones, ha explicado que José Luis Rodríguez Zapatero es un perfecto incompetente y que ha llegado el momento de sustituirle.
¿Quién mejor que él para hacerlo? Él el padre de la burbuja inmobiliaria, el amigo de George W. Bush, el profeta del cambio climático, el líder mundial incuestionable del G-8, del G-20 y del G-1.000.000, si se terciara. La verdad es que no nos lo merecemos.
Mario López Sellés / Madrid

Jackson, Sting y Coppola, terratenientes

Hay dos formas muy distintas de permanecer en el mercado: 1. Para la economía hegemónica, las personas somos únicamente herramientas, productores de riqueza, objetos a poseer, bienes inestimables en tanto seamos rentables, y absolutamente desechables al perder la capacidad productiva. En ese sentido Michael Jackson, aun muerto, sigue siendo muy útil a quienes le utilizan para vender su marca.
2. Para la ética política, los ciudadanos somos capaces de colaborar y transformar las organizaciones establecidas, entre ellas, y a pesar de la Iglesia católica, incluso la familia, aportar ideas sobre nuestra identidad y encontrar un lugar propio no sólo como mano de obra o producto comercial; en esta opción más creativa pretenden estar y venderse Sting y Coppola (que ha estrenado a mayor gloria de sí mismo la película Tetro).
Desde luego, estas dos formas de estar y de hacer cultura y sociedad no son excluyentes. La instrumentalización económica y productiva de los hombres y mujeres, lo que determina su presencia en la economía del mundo, no implica que pierdan su propia fuerza creadora en cuanto personas, capaces de aportar diversidad y enriquecimiento en las relaciones que mantienen entre sí, y también con la sociedad.
Me temo que Jackson nunca pudo poner en cuestión el sistema de valores que le había permitido salir del anonimato, a pesar del color de su piel, en EEUU; cuestionamiento del sistema económico y cultural que sí pueden hacer de forma reiterada Sting (desde un escenario monumental, carísimo y rentable) y Coppola (desde la indiferencia que da saberse un referente postmoderno), ambos cómodamente instalados en sus respectivas haciendas rurales, tan distintas a Neverland.
No todos somos igual de capaces, pero además las oportunidades son muy dispares dependiendo de dónde procedamos.
Luis Fernando Crespo Zorita / Madrid

Invertir en movilidad
Según el último estudio del RACC, entrar en Barcelona en coche es casi el doble de rápido, incluso en horas punta, que hacerlo en transporte público.
El mismo RACC aconseja mejorar el transporte público en Cataluña para que los conductores dejen el coche en casa y se desplacen en tren o autobús. Ante esto, uno se pregunta: ¿para cuándo las ayudas, de verdad, para el transporte público?
En estos momentos, la necesidad de incentivar el uso del transporte público es una tarea urgente para luchar correctamente contra la crisis.
Desgraciadamente, todavía estamos demasiado ensimismados en un modelo anticuado, fundamentalista y contaminante. En síntesis, invertir en movilidad sostenible y servicios de transporte público es la principal garantía para cambiar los insostenibles modelos de economía y transporte.
Josep M. Loste Romero / Girona

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