Cartas de los lectores

11 de noviembre

Monumentos al fracaso humano
Espero que la conmemoración del 20 aniversario de la caída del Muro de Berlín haya servido para que tomemos conciencia de los muros que todavía permanecen en pie o en construcción en todo el mundo.
Desgraciadamente, si de algo anda sobrado el mundo es de vallas, muros y fronteras. Muros físicos que nos separan, pero también ideológicos, económicos y legales que, aunque a veces puedan pasar más desapercibidos, también nos apartan y dividen.
No permitamos los muros. Derribémoslos. Sólo son monumentos a la ignorancia, al egoísmo, a la insolidaridad, al malogro de la convivencia y la concordia; en definitiva, son monumentos al fracaso humano en el intento de civilizarse y humanizarse.
Pedro Serrano Martínez / Valladolid

Los crímenes del franquismo, una grave cuestión aún sin resolver
Los crímenes y desapariciones perpetrados durante los primeros años del régimen de Franco son una grave cuestión aún sin resolver en la sociedad española. Ahí están las recientes declaraciones del señor Moreno Ocampo, fiscal de la Corte Penal Internacional encargada de acabar con la impunidad de los crímenes de lesa humanidad, elogiando al juez Garzón en este caso y en el de Pinochet, mientras que nuestro Tribunal Supremo pretende juzgar a Garzón por querer investigar atendiendo la petición de los familiares de las víctimas. Qué sarcasmo.
Angel Dorado Chacón / Madrid

Unidos para pedir la anulación de los juicios sumarísimos
Puesto que el Gobierno no va –aunque debería– a anular los ilegales y fraudulentos juicios que llevaron a tantos hombres y mujeres al pelotón de fusilamiento, propongo que empecemos a llenar páginas de firmas pidiendo ya su anulación.
Así podríamos restituir el buen nombre y reputación que tan dignos combatientes y civiles tuvieron hasta ser ilegalmente acusados y fusilados.
Coral Pellicer / Madrid

¿Acaso sobran camas en el hospital, o es que se trata de un negocio redondo?
Hace más de dos semanas que el médico nos dijo que había finalizado el tratamiento de mi padre y que ya podría salir del hospital. Pero, aunque mi padre ya está bien, el hospital se niega a darle el alta. ¡Por lo que se ve el hospital va sobrado de camas! Mi padre está ocupando una cama sin estar enfermo y el Estado está pagando por esta cama. Es un negocio redondo, además de inmoral.
Edith López López / Barcelona

Rodrigo Rato y Sabino Fernández Campo, no tan admirables
Sin duda vivimos en un país de idólatras. Un ejemplo de ello es Rodrigo Rato, que es elogiado desde hace años por el hecho de haber dirigido el Fondo Monetario Internacional. Prácticamente ninguno de sus admiradores ni siquiera conoce el procedimiento por el que una persona es elegida para desempeñar ese puesto, que no suele tener nada que ver con sus capacidades sino más bien con sus buenas relaciones sociales. Además, esa admiración exagerada que le profesan algunos representantes de la socialdemocracia española demuestra hasta qué punto esta corriente política ha dejado en el camino sus principios. Las políticas neoliberales del FMI traen como consecuencia que se reduzca cada vez más el gasto social y que aumente la flexibilidad laboral, y Rodrigo Rato ha estado trabajando en esa dirección durante los años en que fue su director gerente.
Otro personaje exageradamente homenajeado por su fallecimiento ha sido Sabino Fernández Campo, un militar golpista que se dedicó a fortalecer una institución como la monarquía, heredada del franquismo. Más bien habría que reprocharle que intentara por todos los medios que todo siguiera prácticamente igual después de la dictadura.
Manuel Peris Vidal

Hay que dejar de vivir en el pasado para emprender el camino de la serenidad
El camino a la serenidad implica saber vivir en el hoy y el ahora. Con frecuencia nos pesa el ayer, lo que pasó y no olvidamos, lo que arrastramos y nos aplasta, aquello que es posible olvidar pero que por algún motivo ni queremos ni podemos sacar de nuestras vidas. El adverbio hoy es ligero, implica algo accesible, conlleva la posibilidad de realizar algo sin grandes agobios. Hoy elijo trabajar bien, hoy me propongo resolver esa cuestión sin más dilaciones, hoy acometeré tal empresa (buscar trabajo, sonreír a mi pareja, empezar aquellas clases).
Además de ser agotador, vivir en el pasado nos impide estar centrados en el ahora, en disfrutar y vivir lo que es más real y que sí podemos elegir, cambiar o, por lo menos, controlar un poco.
Pilar Crespo Álvarez / Tarragona

Es necesario tratar con mayor dureza a los corruptos
Ante los elevados casos de corrupción, del signo que sean, que estamos soportando los españoles, propongo que se modifique el Código Penal para que se eliminen las fianzas y los corruptos no salgan de la cárcel hasta que no hayan devuelto todo el dinero que han robado.
También es de vergüenza que, cuando salen, se paseen por los platós de televisión cobrando cifras astronómicas.
Guillermo Sánchez / Madrid

Es exagerado tener que pagar 300 euros de multa por hablar en la calle
Esa es la multa a la que nos tenemos que enfrentar nueve amigos. Una noche, sobre las 3:30 de la madrugada, nos encontrábamos en un soportal, hablando normal y sin molestar a nadie. De pronto llegan dos agentes de la Policía local, al aviso de un vecino. Nos comunican que nos van a tomar los datos del DNI y que si el vecino que ha hecho saber que estábamos allí quería denunciar lo ocurrido, lo haría. Hasta aquí todo bien. En la notificación, se indica que "el nivel de ruido es excesivamente elevado". ¿Una conversación normal es sinónimo de volumen elevado? En la misma, no se detallan los decibelios. Una falta leve tiene una multa igual o mayor a una de tráfico. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar?
Roberto Zarco / Móstoles (Madrid)

Más Noticias