Cartas de los lectores

18 de julio

Lo que faltaba: que subvencionaran el despido
Todavía no puedo dar crédito. Siempre he oído hablar de subvenciones a las empresas para facilitarlas emprender acciones beneficiosas para su salud económica, con el fin de mantener y crear empleo, y no cualquier empleo, sino empleo de calidad. Pero esta vez ha sido la primera que oigo hablar de una subvención a las empresas para facilitarles el despido de sus trabajadores; concretamente, entre todos pagaremos ocho de los días de indemnización por el despido de un trabajador en cualquiera de sus modalidades.
La indemnización por despido no es únicamente una compensación económica al trabajador, que se ha dejado la piel y lo mejor de su vida en una empresa, cuando esta se desentiende de él y le abandona a su suerte; también es un instrumento para disuadir al empresario de hacerlo. El Gobierno de Zapatero ha inventado la medida más antisocial que nadie pudo imaginar. Subvencionar el despido.
Raúl Gómez Sánchez / Arce (Cantabria)
El materialismo histórico
España se enfrenta a un recorte del gasto social sin precedentes desde la instauración del Estado del bienes-
tar para paliar los efectos de una crisis capitalista de origen financiero. Para unos se trata sólo de los efectos de una mala gestión, pero para otros se trata de una crisis ficticia cuyo objetivo es reducir los derechos y las libertades de la clase trabajadora. De ser así, esta explicación coincidiría con Karl Marx, que estableció que las relaciones económicas eran las que movían el mundo y también las causantes de los grandes acontecimientos que, como el de la actualidad, conllevan una reforma estructural de la sociedad. Es el denominado materialismo histórico. Por eso la sociedad no debe quedarse de brazos cruzados y es obligado que tenga presente que la mayoría de los derechos de los que gozamos son conquistas de la lucha obrera, y que ningún organismo capitalista, como el FMI o el BCE, van a regalarnos nada.
Pasqual Notari Aparicio
Burriana (Castellón)

Lo vivido nos ayuda
a comprender el presente

Cuando se tiene cierta edad, no es difícil distinguir el grano de la paja. Cada cierto tiempo, aparecen en el panorama político mundial situaciones de crisis que, por lo general, siempre afectan a los trabajadores y, dependiendo del gobierno que las gestione, supondrá un mayor o menor esfuerzo de estos.
Al actual Gobierno se le puede reprochar no haber gestionado a tiempo la crisis, ser contumaz en el error e, incluso, haber recortado algunos derechos sociales a los trabajadores.
Sin embargo, lo que parece obsceno es que el PP se erija en defensor de la clase obrera cuando el 3 de marzo de 1976 el presidente fundador de este partido, Manuel Fraga, siendo ministro del Interior, mandó reprimir una asamblea de trabajadores en la iglesia de San Francisco de Vitoria en la que, entre otras cosas, se reivindicaban las 40 horas semanales y en la que, por desgracia, murieron acribillados a balazos de la policía cinco trabajadores de los 3.000 que allí
estábamos; además, hubo más de cien heridos de bala (por cierto, ¿hasta cuándo ese crimen sin aclarar?).
O lo que hizo el ex presidente Aznar en su mandato, que no legisló ni una sola medida social; amén del desastre causado en una guerra ilegal en Irak, basada en la madre de todas las mentiras: la existencia de armas de destrucción masiva en ese país, y en la que han muerto cerca de un millón de personas. Sr. Rajoy: sea
coherente con su discurso liberal de más mercado y menos Estado y, como consecuencia, acepte sin travestismo que, en el ADN de su partido, la desregulación del mercado laboral y financiero es su esencia. No nos tome por idiotas, es un dèjá vu.

Miguel Romero Cejudo
Sevilla

¿Por qué lo llaman «mercados»
y no «capitalismo»?

Desde la revolución neoliberal de Reagan y Thatcher se ha estado atacando el Estado del bienestar y, después de la caída del muro de Berlín, esta ideología se ha afianzado. El asesor económico de Bush, George Norquist, declaró: "No quiero acabar con el Estado. Sólo quiero hacerlo tan pequeño que pueda ahogarlo en la bañera". Idea que repetiría su discípulo Aznar, exigiendo para España y para Europa "cada vez menos Estado". De esta manera, los mercados no tienen apenas control y pueden buscar su exclusivo beneficio a costa del resto de los ciudadanos.
Emilio González López
Getafe (Madrid
)

Velo integral y oportunismo político
Aquellos que ahora abanderan la prohibición del velo integral nunca hicieron nada por los derechos de la mujer ni ahora lo buscan, sólo intentan aprovechar, con el poso xenófobo que está quedando, la ventaja electoralista.
A tenor de la palabras de Fernández de la Vega, la regulación del velo integral quedará fuera de la futura Ley de Libertad Religiosa, como si nada tuvieran en común. Decir que la mujer musulmana no está sujeta a un machismo que proviene de una religión discriminatoria –por poner un calificativo amable–, y que el velo es sólo una tradición, no es más que un paño caliente para no ofender en una mal entendida diplomacia. Sra. De la Vega, aclaremos los conceptos dentro de la futura ley. Todas las religiones deben acatar la Constitución: ni merma en las libertades individuales, ni discriminación por cuestión de género. Y no olvidemos que la línea divisoria entre el pequeño hiyad y el burka sólo es cuestión de grado de ocultación, ya que el concepto es el mismo: mantener a la mujer sumisa al varón, sumisión que en los países
islámicos se hace incontestable.
Francisco Javier España Moscoso
La Navata, Galapagar (Madrid)

Muchos millonarios, pero es
un deporte de ‘Lady Luck’

Hay un viejo dicho en inglés que dice: " Cuando juegas un partido con la mente (ajedrez, damas...), el mejor suele ganar. Cuando juegas con las manos (baloncesto, balonmano, tenis, béisbol...), el mejor también tiende a ganar. Pero cuando juegas con los pies (como el fútbol), cualquiera puede ganar". Que España tenga más "suerte" la próxima vez.
Richard M. McBride
Valencia

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