Cartas de los lectores

23 de junio

¿Sabemos lo que nos conviene?
Pensando en nuestro bien y en el futuro de España, nos reducen el sueldo, congelan la subida de las pensiones, retrasarán la edad de retiro y aumentarán el número de años necesarios para cobrar la jubilación. Igualmente por nuestro bien, se facilitará el despido y, con cargo a los fondos públicos, se pagarán ocho días de indemnización, antes a cuenta del empresario privado que despedía.
También mirando por nuestro bienestar, aumentará el IVA, un tributo indirecto que se paga con independencia de lo que se gana y, sin embargo, las rentas y las ganancias más altas tendrán que fastidiarse y esperar un tiempo para ver aumentados sus impuestos.
A pesar de todo ello y de otro tanto que, con toda seguridad, se nos avecina, los trabajadores estamos fríos y distantes con el Gobierno socialdemócrata-discontinuo de Rodríguez Zapatero. ¿Será que no sabemos lo que nos conviene?
Enrique Chicote Serna / Arganda del Rey (Madrid)

La que se nos viene encima
en las próximas elecciones

Las últimas encuestas publicadas dicen que en estos momentos estamos abocados sin remisión a un Gobierno del PP. El problema para el PP es que las elecciones serán en 2012. Espero que todo se deba al efecto cabreo y que, a la hora de la verdad, pese más lo que se ha hecho, que ha sido mucho, que lo que ha dejado de hacer el partido de la oposición durante esta crisis y el mal uso de la misma.
El PP se ha servido de ella sólo y nada más con fines electoralistas, sin importarle un pimiento deteriorar la imagen de España ante el mundo. Ha votado en contra de las medidas de reducción de gastos del Gobierno y ahora resulta que Alemania, Francia, Italia y Reino Unido van a realizar ajustes más duros. Todos los gobiernos de derechas de Europa, la UE en su conjunto y el FMI apoyan las medidas españolas, que consideran valientes y acertadas. Pero Mariano Rajoy, como un loro amaestrado, sigue diciendo no.
José Luis Pérez Molina
Madrid

Deberíamos apostar
por el crecimiento cero
Los efectos de la crisis han dejado al descubierto las causas que la provocaron. Y ahora, conscientes de los errores y con el angustioso deseo de corregirlos, hemos pasado del despilfarro colectivo a la obsesión del ahorro y a drásticos recortes del gasto que asustan y desconciertan al más valiente y sosegado. Además, los poderes económicos y una legión de economistas nos han convencido de la necesidad de hacer recortes sociales y una profunda reforma laboral para recuperar cuanto antes, dicen, la senda del crecimiento. El crecimiento de quién y a costa de quién, habría que preguntarse.

Crecer, crecer. Siempre crecer. Estamos tan metidos en la dinámica obsesiva del crecimiento que ni hundidos en el pozo de la crisis somos capaces de reflexionar sobre la necesidad de variar el rumbo que nos condujo a la situación actual. Si la capacidad de producción es infinitamente superior al poder adquisitivo; si la población mundial crece exponencialmente; si los recursos cada vez son más escasos y la contaminación está desbocada, tal vez ha llegado el momento de considerar razonable el crecimiento cero. Aunque, para salir de la encrucijada actual, lo verdaderamente revolucionario sería apostar por la senda del decrecimiento.
Pedro Serrano Martínez
Valladolid

Puntualización de la Organización de Consumidores y Usuarios
El uso de determinados recursos literarios puede llegar a ser una muy mala práctica periodística cuando se cae en la afirmación gratuita y lesiva sin ningún fundamento. Esto viene a cuento de la columna que ayer, 22 de junio, apareció en la página 5 del diario Público bajo el epígrafe "El patriotismo de las rebajas", firmada por Juan Carlos Escudier.
Al margen del tono ofensivo que se pretende sobre el papel de las asociaciones de consumidores con relación a sus recomendaciones cuando llegan las rebajas y de la gratuidad de muchas de las afirmaciones que se hacen, y a pesar del tono desenfadado de la columna, es de todo punto inadmisible la concreción que hace en nuestra asociación, la OCU, al afirmar: "fastidia mucho que encima los de la OCU nos llamen tontos". La OCU no ha llamado nunca tonto a ningún consumidor y no va a hacerlo jamás. Otra cosa, bien distinta, es que dediquemos nuestros esfuerzos a identificar lo que llamamos la patología del consumo y advirtamos de cómo protegerse de los abusos que algunos (pocos) comerciantes pretenden. Nada tiene que ver la OCU con el mensaje de que "consumiendo como cosacos podremos salir de la crisis". Mucho antes de que esta estallara y se reconociera, nuestro mensaje era bien diferente: un llamamiento al consumo racional. Y desde luego, con otras muchas asociaciones de consumidores, algo ha tenido que ver la OCU con la normalización, cada vez más evidente, de las relaciones comerciales, también en rebajas. Negar esto, al margen de una profunda falta de realidad, es una inaceptable injusticia.
José María Múgica Flores
Director General de la OCU

Democracia o dictadura especulativa
El próximo diciembre cumpliré 82 años, de ellos 40 con la dictadura y 33 en una democracia condicionada por los especuladores de las finanzas, como lo demuestran los hechos. Tengo que decir en primer lugar que lo último que me quedaba por ver desde que tengo uso de razón era que los descendientes ideológicos de los que cometieron los crímenes de lesa humanidad en nuestro país durante el franquismo fueran los que se han querellado contra Garzón.
En segundo lugar que, desde que vivimos en democracia no ha habido justicia contra el terrorismo especulativo que ha llevado al mundo al mayor fracaso financiero en 81 años de historia.
Y el colmo del no va más de los despropósitos es que los gobiernos elegidos por los ciudadanos, de quienes emanan los poderes del Estado, son incapaces de meterle el bisturí a los especuladores que nos han llevado a esta situación.
Joaquín García Mayo
Getafe (Madrid)

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