Con negritas

El repliegue de Acciona en Endesa

El matrimonio de conveniencia que contrajeron el año pasado Acciona y Enel para consumar juntas el asalto a Endesa no alcanzará los dos años y medio que estaban previstos según todos los indicios. El horizonte de marzo de 2010, en el que los italianos deben comprar el 25% en poder de la constructora presidida por JOSÉ MANUEL ENTRECANALES, se antoja demasiado lejano aún. Sobre todo teniendo en cuenta las premuras de Acciona, cuya deuda asociada a la compra de la eléctrica española (7.100 millones) es una carga demasiado pesada como para soportarla durante mucho tiempo.

Esa deuda está en proceso de refinanciación, pero entre los bancos acreedores hay algunas diferencias sobre cuál sería la estrategia más adecuada a las circunstancias. Unos están dispuestos a facilitar las cosas, incluso desvinculando las garantías de la cotización de Endesa, muy volátil debido su escaso capital flotante, que no llega al 10%. Otros, por el contrario, a la vista de la delicada situación que atraviesan los mercados, preferirían cobrar ya, lo que exige que Acciona venda su paquete a Enel, anticipando los plazos previstos en el pacto de socios.

También son partidarios de soltar lastre enseguida el nuevo banco de inversiones de la constructora, Citi, que acaba de tomar el relevo de Lazard, y parte de los Entrecanales, cuya disconformidad con la entrada en Endesa siempre ha sido pública y notoria. Esta facción de la familia sostiene que Acciona nunca debió sacar los pies del tiesto, emulando a aquellos gigantes del sector, como ACS o Sacyr, que buscaron en la energía un camino para su diversificación, con los resultados hoy de sobra conocidos. FLORENTINO PÉREZ y LUIS DEL RIVERO han tenido que plegar velas, incapaces de hacer frente a los compromisos financieros que contrajeron.

Ahora puede que haya llegado el momento de que Acciona haga lo propio para no poner en un brete su supervivencia, claramente amenazada por la magnitud de la deuda. Esa necesidad, sin embargo, no tiene por qué coincidir con los intereses de Enel, que sabe que tarde o temprano acabará siendo dueña y señora de Endesa. El calendario juega a su favor, y de ahí que Acciona esté intentado manejar muy bien los tiempos, a fin de evitar que su salida anticipada de la eléctrica le cueste dinero.

Pulso entre socios

Para forzar la situación, Entrecanales lleva meses apurando hasta el extremo las competencias que el pacto de socios le atribuye como presidente de Endesa, lo que ha dado lugar a algunos rifirrafes notables con los italianos. Frente a ello, el consejero delegado de Enel, FULVIO CONTI, ha puesto en práctica un clamoroso catenaccio, contra el que ha chocado una y otra vez la estrategia de Acciona.

Decisiones aplazadas

El resultado es que, a día de hoy, Endesa no cuenta con un plan estratégico, ni hay acuerdo sobre la explotación de los activos de energía renovable, ni siquiera se ha aprobado el dividendo con cargo a 2008, notablemente engordado por obra y gracia de la venta de Viesgo y del negocio europeo a la alemana EON. Una buena oportunidad para desatascar estos asuntos hubiera sido el consejo de noviembre, que fue suspendido sin mayores explicaciones.

El pecado original

En el fondo de las desavenencias entre Acciona y Enel está la paradoja de que los poderes ejecutivos correspondan a los españoles, a pesar de que su participación es sustancialmente inferior (25%) a la que tienen los italianos (67%). Eso es consecuencia de las condiciones nunca reconocidas que puso el Gobierno para aceptar la compra de Endesa, que en ningún caso podía quedar, al menos entonces, en manos extranjeras.

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