Con negritas

El poder autonómico y las cajas de ahorros

Algunos gobiernos autónomos, en especial los del PP, están haciendo una exhibición de poder con motivo de la reestructuración de las cajas de ahorros impulsada por el Banco de España para atenuar los efectos de la crisis económica. La Generalitat valenciana y la Xunta de Galicia no han tenido empacho ninguno en salir a la palestra para indicarles a sus entidades lo que tienen que hacer, a despecho de cuál sea la salida profesional más recomendable para cada una de ellas. Tanto ALBERTO NUÑEZ FEIJóO como FRANCISCO CAMPS se oponen tajantemente a cualquier solución interregional y han ordenado a Caixa Galicia y Caixanova, por un lado, y a Bancaja y la CAM, por otro, que diseñen un futuro común dentro de sus respectivos territorios.

Está por ver que se salgan con la suya, porque el entendimiento entre vecinos nunca es fácil, sobre todo si además llevan años compitiendo a pecho descubierto. Pero el empeño que ambos vienen poniendo en dirigir el proceso demuestra que los llamamientos de MARIANO RAJOY a favor de la despolitización de las cajas de ahorros –cada vez menos insistentes, por cierto– no son más que un brindis al sol, porque en realidad a nadie le interesa. Basta recordar, si no, el espectáculo que han dado en Madrid ESPERANZA AGUIRRE y ALBERTO RUIZ-GALLARDÓN en torno a la sucesión de MIGUEL BLESA, que se ha zanjado tras imponer el propio presidente del PP la candidatura de RODRIGO RATO.

En el campo socialista también pueden desgranarse casos similares a los de la Comunidad Valenciana y Galicia, aunque es verdad que sus protagonistas al menos se han molestado, de momento, en ponerle sordina. GUILLERMO FERNÁNDEZ VARA, por ejemplo, ha levantado un muro alrededor de Caja Extremadura y de Caja Badajoz, y está empujando su fusión para negociar en mejores condiciones un eventual acuerdo posterior con la sevillana Cajasol, que le ha tirado los tejos varias veces –la última anteayer– descaradamente. Esta aspira a nuclear una superentidad que, junto con Unicaja, constituirían los pilares básicos de un conglomerado financiero controlado por el PSOE. Cajasol, que ya ha alcanzado un preacuerdo con Caja Guadalajara, pretendía quedarse también con la intervenida CCM, pero el Banco de España no le dejó presentarse a la subasta.

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