Con negritas

La reconquista emprendida por el fundador de Eulen

Afinales de febrero, DAVID ÁLVAREZ dio un golpe de mano para recuperar el control de Eulen, el mayor grupo de España de servicios a empresas, con una facturación superior a los 1.300 millones de euros en 2008. Y ahora, con el nombramiento de JUAN JORDANO como primer ejecutivo, ha demostrado que va a por todas en su objetivo de ponerse también al frente de El Enebro. Esta sociedad patrimonial es propietaria, entre otros activos, de las legendarias bodegas Vega Sicilia, cuya adquisición en 1982 al empresario venezolano MIGUEL NEUMANN sirvió para que el fundador de Eulen cumpliera uno de sus mayores sueños.

El capital de El Enebro se encuentra repartido a partes iguales entre los siete hijos de Álvarez por expreso deseo de este, que a cambio conserva los derechos políticos y el cobro de dividendos. Pero, a raíz de las desavenencias familiares surgidas el año pasado, en enero de 2010 fue apeado de la presidencia por el consejo, en el que son mayoría cinco de sus hijos, que están enfrentados con él. Precisamente para preparar el asalto a El Enebro, Álvarez ha fichado a Jordano, que ocupaba el cargo de director general hasta que hace unos meses vio la que se avecinaba.

La reconquista de esta sociedad patrimonial sería un segundo paso, después de que el 25 de febrero se produjera la expulsión de los órganos de gobierno de Eulen de los cinco hijos rebeldes de su fundador, que pretendían jubilarlo. Álvarez tuvo que acudir previamente a los tribunales de justicia a fin de que le reconocieran el derecho a convocar una junta general donde pudiese hacer valer su condición de socio mayoritario. En el consejo de administración le resultaba imposible al estar en minoría, dado que tenía nueve miembros: él, sus siete hijos y un independiente, MIGUEL CUENCA, aliado con el padre.

Ganar aquel órdago, pese a su alto coste personal, le ha dado fuerzas a Álvarez para embarcarse también en la lucha por El Enebro, en la que ahora contará con el siempre necesario apoyo de un buen escudero.

El tiro por la culata

A Álvarez, de 83 años y casado en terceras nupcias, probablemente no le dará la vida para arrepentirse lo suficiente de la decisión que tomó en 1986, tras la muerte de su primera esposa. Fue entonces cuando distribuyó el 49% de Eulen del que ella era titular entre los siete hijos de ambos, a razón del 7% para cada uno. En el caso de El Enebro, repartió el 100%. No obstante, Álvarez siguió ejerciendo el poder, conforme a lo previsto en los pactos sociales que en aquel momento se formalizaron.

"Un tapón"
Lo que quizás nunca sospechó es que, aprovechando que en los consejos de Eulen y El Enebro (son similares) no rige el voto ponderado, cinco de sus hijos iban a intentar forzarlo para que se retirara. Los otros dos, JESÚS DAVID y MARÍA JOSÉ ÁLVAREZ MEZQUIRIZ, le siguen siendo fieles. El padre se lamentaba en una reciente entrevista de que, después de haber levantado un imperio, algunos de sus descendientes pudieran considerarlo "un tapón".

El cabecilla
Álvarez está convencido de que el verdadero promotor de la revuelta es su hijo JUAN CARLOS, consejero delegado de Eulen hasta febrero y que fue desposeído de su cargo en aquella junta celebrada por orden judicial. Ahora, el fundador está buscando nuevos miembros para el consejo y, mientras tanto, manejan el grupo dos administradores solidarios: él y su hija María José.

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