Con negritas

El sombrío futuro de la inmobiliaria Colonial

De nada ha servido el tira y afloja que mantenían los principales accionistas de Colonial y el único interesado en comprar la inmobiliaria. El preacuerdo suscrito la semana pasada por LUIS PORTILLO y la familia NOZALEDA con el Investment Corporation of Dubai (ICD) no ha obtenido el preceptivo aval de la banca acreedora. Ahora Colonial deberá buscar otra alternativa, dado que la disposición de los árabes es reticente a la reapertura de las negociaciones.

Si el trato se va definitivamente al garete, el fondo soberano de Dubai se marchará de rositas, pero no así la inmobiliaria española, que durante este tiempo ha sufrido un desgaste considerable. El valor de la acción ha bajado de 1,6 euros a los 0,73 euros de ayer, y la imagen de Colonial también se ha resentido gravemente, debido a las duras condiciones impuestas por el fallido comprador, que animan a pensar que la situación real de la empresa es aún peor de lo que sabía.

El ICD ha tratado a los accionistas de Colonial con la misma displicencia que si se tratara de una panda de indigentes obligados a comer en la palma de su mano. Sólo así se explica que ofertara tan a la baja y que, por añadidura, exigiera un desdoblamiento de su negocio a fin de quedarse sólo con la parte mollar, es decir, los activos patrimoniales, cifrados en unos 9.000 millones de euros. El resto (promoción y suelo), más expuesto al azote de la crisis del ladrillo, tendrían que comérselo con patatas sus actuales dueños.

Para la banca, a la que Colonial debe del orden de 7.000 millones, lo ocurrido tampoco es bueno. Primero porque, conforme los títulos caían en bolsa, se depreciaban también las garantías de los créditos concedidos. Y en segundo lugar porque las posibilidades de recuperar su dinero se alejan en la medida en que el futuro de la inmobiliaria es más negro. El fondo soberano de Dubai, consciente de ello, ha apretado las tuercas, pero su pretensión de que los acreedores aceptaran una quita de 500 millones finalmente no ha colado.

Salvo que ambas partes decidan hablar otra vez, cosa que no hay que descartar por completo, Colonial tendrá que optar ahora por continuar su camino en solitario o buscar nuevos compañeros de viaje. Y, en cualquiera de los dos casos, su posición es, sin lugar a dudas, mucho más débil que hace dos meses.

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