Salud en positivo

El futuro es una transicion vital (lleno de optimismo y esperanza)

Ilustración: Verónica Montón Alegre
Ilustración: Verónica Montón Alegre

El ser humano es el único en el reino de los seres vivos que sabe que hay futuro. El futuro existe, pero saber esto, no implica que sepa qué hacer con ese saber. La trasformación que las sociedades democráticas necesitan vendrá de la apertura a considerar el futuro como un espacio más interesante de acción, si aprendemos a liberarnos de la tiranía del corto plazo (Daniel Innerarity. El futuro y sus enemigos.Una defensa de la esperanza política 2009).

Parece que parar y reflexionar es una necesidad. Las prisas siempre son malas consejeras; la vida política solo mira a corto plazo, y la vida se crea a largo plazo. Max Weber asignaba a la política esta tarea: gestionar el futuro y responsabilizarte de él. Mirar lejos, luces largas que dicen los viejos. Es hora de estructurar el tiempo de la era poscovid y la tarea fundamental de la política democrática es la de mediar entre la herencia del pasado, las prioridades del presente y los desafíos del futuro. La pandemia del coronavirus supone un cambio de paradigma en muchos sentidos de la vida. Hemos aprendido cómo la vida es vulnerable y finita, pero ello forma parte de la condición humana. No somos inmortales.

Los cambios y tránsitos nos enfrentan a nuestra vulnerabilidad

A lo largo de nuestras vidas sufrimos cambios y tránsitos que nos enfrentan a nuestra vulnerabilidad. Toda transición vital supone un duelo durante el que elaboramos el cambio: dejamos lo ya conocido para empezar algo nuevo (ejemplos: hacia sociedad digital y las ciudades inteligentes). Afrontar el duelo, una pérdida querida, nos hace sufrir, nos hace crecer y nos abre a otras personas, otras situaciones y a otro mundo. Cada transición vital, normativa o no, nos plantea modificar, ampliar, enriquecer nuestro sentido y nuestra identidad, y así construir nuestro proyecto vital (Viktor Frankl. El hombre en busca de sentido); surgen dudas y preguntas ¿qué hago con esto? ¿Qué quiero ser? ¿qué queremos ser como sociedad en el futuro? ¿a dónde quiero ir?¿cómo lo voy a hacer?

Pasamos transiciones vitales como la infancia, la niñez, la adolescencia, el primer empleo, el primer desengaño amoroso, la mediana edad, el primer hijo, la primera responsabilidad profesional, el envejecimiento, la jubilación, la pérdida progresiva de facultades...El cambio de paradigma supone afrontar cambios radicales en la vida laboral, de relaciones familiares y con el medio ambiente, de movilidad sostenible, de cambios sociales y económicos, de asistencia sanitaria... y mucho más, por tierra, mar y aire. Hemos de buscar una nueva perspectiva más abierta, más innovadora, y de apertura de la sociedad al futuro, a decidir cómo nos anticipamos a los múltiples riesgos, cómo decidimos vivir y como poniendo la vida en el centro- de todo, ya sea animal o vegetal- y materializar en hechos y acciones nuestro compromiso con lo social y lo medioambiental. Tras la pandemia, el impulso a la transición ecológica global y a las políticas públicas será fundamental.

«Basuraleza»

Hay que cambiar el sistema de cuidados: cuidar y conservar ríos, mares, océanos, cielos, montañas, pueblos, valles, playas, en fin, toda la naturaleza, para no convertirla en "basuraleza" (escombreras, vertederos y cementerios de residuos). Conservar y concienciarnos sobre la biodiversidad y hacer participes a los ciudadanos del mundo de su responsabilidad individual y colectiva, es una ardua tarea pedagógica.

Cuidar la vida, desde que un ser vivo nace hasta que se muere, pero con perspectiva de género y como fuente de empleo, son elementos con mucho presente y mucho futuro. Moderar el crecimiento económico, e incluso a veces, decrecer, fomentar la solidaridad y repartir las rentas para ayudar a las personas que viven en peores condiciones...Es cuidar la vida, todas las vidas y en todas las etapas de la vida, sin distinciones.

Decía Francoise Miterrand que "el hombre del futuro será una mujer", y los hechos y la historia cada vez le va dando la razón; basta ver cómo han afrontado la pandemia los países gobernados por mujeres: Nueva Zelanda, Islandia, Noruega, Alemania, Taiwan, Finlandia y Dinamarca... merece un estudio detallado para tomar como ejemplo clarificador la gestión de la pandemia de esas ministras y presidentas. Las leyes de cambio climático (por ejemplo, plásticos y cosméticos)  y de transición energética (descarbonización de la vida y de la economía) junto a la fiscalidad verde, ayudarán a crear energías y empleos "limpios", para que la emergencia climática afecte a la diversidad animal –entre ella, el ser humano- lo menos posible. Y ello es posible con la colaboración de toda la ciudadanía mundial (Eduardo Galeano nos los recordaba continuamente en sus libros).

¿Qué modelo de sociedad queremos? ¿Qué planeta queremos para nosotros, para nuestros hijos y para nuestros nietos? ¿Qué trabajos para qué sociedad? Hay respuesta: se llame bienestar, buen vivir, vida plena, una vida que merezca la pena ser vivida, el bien común, etc...debe responder a un nuevo pacto social, donde las partes se impliquen, definan y acuerden qué modelo de vida quieren, respetando criterios éticos de justicia, equidad y sostenibilidad. La vida marca el modelo y el ritmo-slow life-. Se puede vivir de otra manera. Ni el PIB, ni la prima de riesgo miden el bienestar de las personas; somos nosotros y nosotras quienes hacemos que la vida siga y se reproduzca, gozosamente. Y es nuestra responsabilidad, y cada cual en su ámbito: abrir debates, participar y resistir (Resistiré, canción "muy actual" del Dúo Dinámico), porque el futuro es una transición vital, llena de optimismo y esperanza.

FIRMANTES DEL BLOG

  • Aurelio Duque Valencia. Médico de Familia y Comunitaria y representante sindical. Ha sido presidente de la Sociedad Científica de Medicina Familiar en la Comunitat Valenciana.
  • Rafael Sotoca. Médico de familia y activista sanitario. Fue director general de asistencia sanitaria de la Comunidad Valenciana.
  • Ricardo Campos. Médico Oftalmólogo. Ha sido Secretario General del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y subsecretario autonómico de sanidad.
  • Begoña Frades García. Psiquiatra y jefa del área de salud mental del Hospital Pare Jofre. Ha sido coordinadora autonómica de salud mental.
  • José Antonio López Cócera es enfermero especialista en salud mental y miembro de la comisión nacional de la especialidad.
  • Isabel González. Médica radióloga. Fue jefa de servicio y profesora asociada de radiología en la Universidad Miguel Hernández de Elche así como Directora Gral. de la Alta Inspección y gerente de los departamentos de salud de San Juan de Alicante y La Ribera (Alzira)
  • Enrique Ortega. Médico especialista en enfermedades infecciosas y jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas, Emergentes e Importadas. Ha sido profesor asociado de de medicina de la Universidad de Valencia y Director Gerente del Departamento de Salud Hospital General de Valencia.
  • Antonia García Valls. Asesora coordinadora en la Vicepresidencia Cuarta, Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Ha sido diputada en el congreso de los diputados.
  • Pere Herrera de Pablo. Medico de familia y médico SAMU. Ha ejercido como director del Servicio Emergencias Sanitarias de la Comunitat Valenciana.
  • Roser Falip Barangué. Doctora en Medicina y especialista en medicina de familia y en análisis clínicos. Ha sido gerente del departamento de salud de Alcoy. 
  • Verónica Montón Alegre. Artista interdisciplinar. Ilustradora del Blog Coronavirus en positivo.
  • Juan Domene. Médico Inspector en el servicio de calidad asistencial y seguridad del paciente. Ha sido gerente del departamento de salud Arnau de VilanovaLliria.

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