Posos de anarquía

Ayuso empuja a Madrid al precipicio

Ayuso empuja a Madrid al precipicio
La presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, tras su intervención en el debate sobre el estado de la región. (JUAN CARLOS HIDALGO | EFE)

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (PP), es peor que su homólogo catalán, Quim Torra o su predecesor Carles Puigdemont. Mientras la primera está haciendo el kamikaze con el pueblo de Madrid, jugando con vidas humanas -y habiendo perdido ya miles-, los segundos únicamente reclamaban la autodeterminación de Catalunya. La pregunta es sencilla, tal y como expuse el otro día en el artículo Patriotismo basura: ¿Qué es peor, la muerte de millares de personas o la lucha por el terruño?

Por mucho que se rebele Ayuso, apoyado por el niño de los recados de Aznar, Pablo Casado, Madrid tendrá que cumplir con lo que dicte el Gobierno de España. Así lo dice nuestro ordenamiento jurídico y nuestra Constitución, esa que tanto defiende la derecha, aunque sólo cuando le conviene. La rueda de prensa del consejero de Sanidad de Madrid, Enrique Ruiz-Escudero, fue un auténtico esperpento desde su misma convocatoria: Ayuso no tuvo ni el coraje ni la responsabilidad de ser ella la que compareciera, su cobardía le atenaza, así como las instrucciones de Casado de no exponerse más de la cuenta para no quemar su imagen, que ya está achicharrada.

Ruiz-Escudero salió a la palestra con el único hilo argumental de que la pandemia está controlada y el Gobierno de España persigue a Madrid. Nada más. Ni le acompañaban los datos, ni las cifras, ni siquiera la el relato de la verdad. Eso propició que terminaran por censurar a medios que hacían preguntas incómodas para las que Escudero ya no tenía más evasivas. El repaso que le dio la prensa anoche fue memorable.

Decir que "el gobierno tiene prisa por intervenir Madrid" es evidenciar cuán perdido está él y su presidenta, que gobierna desde hace meses con la venda de Génova en los ojos. Si algo está haciendo mal el Gobierno de la nación es, precisamente, no haber intervenido ya Madrid, precisamente, por los mismos motivos por los que Ayuso actúa de manera tan inepta: electoralismo.

Ayuso amenaza con acudir a los tribunales para defender su acto de rebeldía  y, a diferencia de lo sucedido en Catalunya, el pueblo de Madrid está deseando que lo haga, que caiga todo el peso de la ley sobre ella, cuya desidia se ha cobrado ya demasiadas veces. Nada justifica el modo en que Casado y Ayuso empujan a Madrid al precipicio. Nada, por mucho que todavía haya quienes creen que colgar una pancarta merece una inhabilitación mientras que jugar con la salud de millones de personas es digno de aplauso.

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