Punto de Fisión

Se hace saber

Los alcaldes en España están que se salen. No hay día en que, en algún punto de la geografía patria, a uno de nuestros munícipes no se le encienda una bombilla occipital cuya luz acaba rebasando el ámbito de la pedanía y cortocircuitando el telediario. Lo mismo organizan un campeonato de lanzamiento de bombonas que levantan un mercadillo franquista para que los niños de tierna edad que no tuvieron la suerte de conocerlo intercambien cromos del Caudillo. Muchos de estos alcaldes han descubierto, debajo de su boina, que Franco está de moda otra vez, aunque ahora se dice cool y vintage, dos palabras que oyeron en su última visita a la capital y en la tienda del Eulogio, que tiene un internet de ésos al lado de donde se despachan los chicles.

-Oyes, alcalde, que Franco es cool.

-Ni cool ni lechuga, Romerales. Un respeto al generalísimo, que sería enano y paticorto pero los tenía bien puestos.

-No estás on line, alcalde.

La penúltima ocurrencia en bandos municipales ha venido de la alcaldía de Fuengirola, donde le da lustre al bastón Esperanza Oña, una rubia de las que hacen honor al tinte. Resulta que a esta buena mujer le incomodan las músicas ruidosas y las lenguas extranjeras y ha elaborado una lista de géneros musicales rigurosamente prohibidos en las próximas fiestas que casi sólo deja sitio al pasodoble, a Bisbal y a las sevillanas.

-Oyes, alcaldesa, que dice mi hijo que si puede tocar el bajo.

-Mariconadas ni media, Romerales.

Afortunadamente, la ignorancia musical de esta señora es tan apabullante como su furia prohibitiva. Ya que no dice nada de ciertos géneros instrumentales, por probar, los melómanos de las peñas de Fuengirola podrían probar a pinchar a todo volumen free-jazz, Varese, Stockhausen y una buena ración de música celta, a ver si hay suerte y las gaitas espantan a los caballos. Dos o tres temas bien escogidos de Ornette Coleman o del Art Ensemble of Chicago a los decibelios adecuados y del Ayuntamiento no queda ni un ladrillo.

-Oyes, alcaldesa, que dicen que no prohibimos ni saxos ni gaitas.

-¿Ah no? Mira, Romerales, ahí lo pone bien claro: Alternativa. ¿No ves que la gaita es una alternativa?

Esperanza Oña lleva tal carrera con la vara a cuestas que todavía no se comprende cómo Mariano no la ha nombrado ministra de cultura. Hace dos años se le ocurrió subirle el sueldo a los ediles un 60% y hace sólo unos meses decidió declarar el 14 de abril Día Oficial del Perro en todo el municipio. Se creería que así ridiculizaba la proclamación de la república española, al asociarla justamente con el animal más noble, valiente y bondadoso sobre la faz de la tierra. Hasta ahí metió la pata, con lo fácil que lo tenía si pretendía llenar de mierda la efemérides republicana. Le bastaba declarar el 14 de abril Día Oficial de la Gaviota.

 

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