Punto de Fisión

La superioridad intelectual de Urdangarín

Cuando Cañete pide excusas, debería ondear una bandera blanca donde pusiera en letras bien gordas: "Perdonen las disculpas". En un exceso de sinceridad ha dicho que lo siente mucho si ha ofendido a alguien, pero en ningún momento se ha retractado de su doble metedura de pata. Más bien la ha removido hasta el corvejón al sugerir que lo más doloroso de sus comentarios es la honestidad brutal con que los lanza. Qué culpa tendrá él de ser muy superior intelectualmente a cualquier mujer. La culpa, en todo caso, será de Dios, por dejar a Eva de segundo plato.

Como debe de ser muy duro pasar toda la vida ocultando que eres un Florentino Pérez por una simple cuestión de cromosomas, lo mejor es disimular y portarse como un auténtico patán en un salón de bodas. Entre la nostalgia de los camareros con pajarita, el regadío, la manteca colorá, la anchoa y la superioridad intelectual masculina, Cañete lleva una carrera cómica que ríete de Alfredo Landa. Merece por lo menos dos Oscars, uno por ser superior y otro porque nadie se ha dado cuenta. El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, excepto Cañete, que tropieza tres y luego se la come. En el PP ya no saben dónde meterlo para que se calle; por eso es muy posible que a partir de ahora asistamos a la primera campaña muda de la historia electoral. Que algún asesor le aconseje que tampoco emplee el lenguaje de los gestos y se limite a mover las cejas porque, como siga hablando, en Bruselas le van a dar la plaza de cuñado oficial de Europa.

Sin embargo, el argumento cañetil de la superioridad intelectual ha hecho fortuna entre los inspectores de Hacienda, quienes ven que el plan de defraudar al fisco mediante pellas, argucias y entidades fantasma es obra exclusiva de Urdangarín. Aunque proviene de un ambiente tan árido intelectualmente como el de lanzar balonazos, el infante consorte ha resultado un auténtico cerebro del mal, un Fu Manchú del braguetazo que por poco descarrila la corona, la hacienda pública y el país entero. La intervención judicial no ha podido ser más oportuna: por lo que se ve, estábamos sólo a dos instituciones benéficas del rescate.

La hipótesis de que la infanta Cristina pudiera estar detrás de este plan maquiavélico de filantropía personal ni se les pasa por la cabeza a los muy sesudos inspectores, pero no han aclarado si por ser mujer o por ser infanta (ambas parecen eximentes fiscales de primer orden). Según ellos, a pesar de sus estudios universitarios, de su labor de coordinadora en La Caixa y de su firma en las diversas sociedades exprimidoras, la infanta ni siquiera estaba al tanto de las muy diversas y millonarias estafas que se estaban perpetrando ante sus narices. De seguir echándole sospechas encima, a Urdangarín le van a cargar también con las cuentas de dinero negro de la tesorería del PP, de los turbios manejos del 23-F y, como se descuide un poco, de la muerte de Manolete. Afortunadamente, todos ellos son asuntos que ya han prescrito o están a punto de prescribir, lo que demuestra la indudable superioridad intelectual del macho alfalfa.

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