Punto de Fisión

Tú quieto, Mariano

Una verdadera lástima que Mariano haya dejado de fumar habanos en público, porque su parecido con Groucho Marx empieza a ser histórico. En sus últimas declaraciones ya sólo le faltaba un 8-9-8 de Partagás o un Montecristo del 2 encajado entre los labios para emular ese número genial en que el presidente Rufus Firefly despachaba su primera sesión de gobierno:

-Asuntos viejos, asuntos viejos.

-Presidente, el tema de los impuestos.

-Ese es un asunto nuevo. ¿No hay ningún asunto viejo? De acuerdo: asuntos nuevos, asuntos nuevos.

-Presidente, el tema de los impuestos.

-Eso ya se ha vuelto viejo.

Así es. Mariano ha repetido la gracia dos semanas después de un desastre electoral sin precedentes y justo el mismo día en que un estudio demoscópico anuncie que un tripartito entre el PSOE, Podemos e IU le sacaría al PP más de medio millón de votos en las próximas generales. Pero Mariano no se inmuta. De la crisis de gobierno y la remodelación de ministros hemos pasado a la calma chicha y al pero qué me dice usted. La estampa veraniega del gobierno podría ser aquella vieja portada de Supertramp con Mariano en bañador tomando el sol en medio de una catástrofe acojonante: Crisis? What crisis?

La semana pasada los alumnos de selectividad se quejaron porque les cayó una pregunta sobre Aristóteles que, por lo visto, no estaba programada en el temario. Ya pueden dar gracias de que, en la prueba de análisis sintáctico, no les cayera una de las respuestas con las que el presidente suele obsequiar a los periodistas, más que nada para que no olviden la riqueza del idioma castellano:

-Cuando haya algo, si lo hay, lo sabrá.

Buscarle las subordinadas a Mariano es más difícil que traducir a William Faulkner; para cuando el periodista pudo reaccionar y deshacer el nudo gordiano entre temporales, condicionales y objetos directos, el presidente ya estaba otra vez en la tumbona. Además, tampoco tendría mucho sentido pensar en una crisis de gobierno ahora que la política económica empieza a dar sus frutos: unos doscientos mil parados más que con Zapatero y un 40% más de ricos desde que empezó la crisis. La frutería de Mariano, como se ve, se dedica en exclusiva a los pepinos.

El tancredismo presidencial ha alcanzado tal grado de maestría que Mariano, que antes prescindía del taburete para aguardar la embestida, ahora ya no necesita ni el toro. Aguanta a pie firme, tan quieto que cualquier día le quita el puesto a la estatua de Neptuno. Antes era demasiado pronto para pensar en una crisis de gobierno y ahora ya es demasiado tarde. Un argumento que no tiene vuelta de hoja, tanto que me ha recordado mi experiencia personal con un productor de cine cuando nos reunimos para comentar la posible adaptación de una de mis novelas, El gran silencio.

-Verás, hombre, es que aquí ya no se hacen películas sobre boxeo. Es un tema que no interesa a nadie.

Un año después volvimos a reunirnos y su argumento sonaba ligeramente distinto:

-Verás, hombre, es que este año acaban de estrenarse dos o tres películas españolas sobre boxeo. La gente está un poco saturada del tema.

Lo mejor de todo es que la novela no iba sobre boxeo.

 

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