Los atléticos miran hacia el techo, dan la vuelta a los espejos, desconfían de los cristales. Buscan algún indicio de que su fatalidad actual es el efecto de una macabra broma de cámara oculta. La pesadilla adquiere forma de tomadura de pelo y lo peor siempre está por venir. La semana es histórica. El central que cedió su imagen a la campaña electoral del Madrid regala la victoria, precisamente al equipo por el que suspira, con dos errores de colegial, no más graves del concedido después al Valencia. Un ex madridista que viste ahora la rojiblanca pese a los insultos que lanzó contra su afición, salta al campo descojonado mientras a su equipo lo desfigura el eterno rival. Uno que no fue vetado como Riquelme por insolidario e indisciplinado, que ocupa su puesto, es desterrado ahora precisamente por insolidario e indisciplinado. Otro que no fue vetado como Riquelme por su facilidad para dimitir, también de puesto similar, precisamente dimite en Valencia (y encima por violento). Gil Marín premia la vergüenza del derbi ofreciendo la renovación a Aguirre. Aguirre premia a sus jugadores con un día de descanso tras perder y rozar el ridículo en Valencia. Y los jugadores usan la concesión para pisar un poco más el orgullo que les da de comer. Leo textual: "Robinho, Pepe, Baptista, Drenthe, Marcelo y Simao pasaron a unos sillones cercanos a un escenario donde, tras descorchar la botella de Champagne y brindar por la décima..." Es un extracto literal del reportaje que el diario As publicó ayer a propósito del 24 cumpleaños de Robinho. Sí, han leído, bien. Estaba Simao. Y brindó por la décima (Copa de Europa del Madrid). Ni se escondió de las fotos. ¿Queda alguien en el Atleti que sepa lo que es el Atleti? ¿Sabe alguno lo que se debe hacer o no bajo esa camiseta? Son intrusos con galones, ‘okupas’ de un territorio que ni conocen ni les pertenece. Sobran. Se avecina el bicentenario del 2 de mayo. Lo mismo no es mera coincidencia.