Desde lejos

Preguntas

A estas alturas del año, recién terminadas las vacaciones, a quienes tenemos la obligación de opinar sobre lo que sucede suele costarnos trabajo encontrar un tema. Lo que ocurre a nuestro alrededor, mientras la vida ciudadana vuelve lentamente a su ritmo, no suele resultar demasiado excitante. Pero en este 2011 en el que los políticos, por una vez, no se fueron de vacaciones, los asuntos sobre los cuales reflexionar son tantos, que al menos a mí se me atropellan.

Podría preguntarme, por ejemplo, por qué razón el presidente del Gobierno ha vuelto a cuadrarse en asuntos económicos ante ciertas indicaciones foráneas. Por qué hemos tenido que aguantar durante décadas la idea de que la Constitución es una especie de libro sagrado e intocable y que, de ser reformada, debe hacerse previo referéndum, para que ahora la sometan de urgencia a un cambio inesperado, mientras que asuntos reclamados desde hace tiempo, como la sucesión al trono, la reforma del Senado o la laicidad del Estado, siguen esperando pacientemente que alguien les meta mano.

Podría cuestionar si prolongar los contratos indefinidos y los de prácticas hasta los 30 años servirá para crear empleo. Y por qué es tan fácil tomar medidas que recorten la política social y tan difícil, ay, reformar la fiscalidad para que las grandes fortunas paguen más. Si la derecha que ya gobierna en tantas comunidades seguirá mutilando la educación y la sanidad. O si en esas famosas jornadas del papa no habremos asistido al primer gran acto de rearme de la Iglesia. Demasiadas preguntas para un 1 de septiembre. Las respuestas, en los próximos meses.

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