EconoNuestra

Intoxicación mediática y política

Fernando Luengo
Economista y miembro del círculo de Chamberí de Podemos

Dos hechos, coincidentes en el tiempo, que nos hablan de la intoxicación mediática y política que padecemos: el fallecimiento del pequeño Julen, en Totalán, y la autoproclamación como presidente de Venezuela de Juan Guaidó

Empezando por esto último, las grandes cadenas de comunicación anuncian a bombo y platillo la buena nueva: Venezuela se orienta, por fin, a la democracia; la dictadura de Maduro y los suyos tienen los días contados.

Son muchas las cosas que no me gustan del régimen de Maduro, pero es necesario decir alto y claro, sin subterfugios, que estamos asistiendo a un golpe de estado, perfectamente programado desde la administración estadounidense y las elites económicas venezolanas.

Tiene toda la pinta de que también estaba en la hoja de ruta la posición dubitativa inicial de las autoridades y los gobiernos comunitarios, incluido el español, antes de sumarse abiertamente al golpe. ¡Un ultimátum para que celebre unas elecciones, que ningún gobierno soberano aceptaría! ¡Menuda mascarada! No encuentro exigencias similares que apunten hacia Arabia Saudi o Israel, por poner dos ejemplos de regímenes que están cometiendo atrocidades, con la población de Yemen, el primero, y con los palestinos, el segundo; y, por mucho que busco, tampoco diviso una brizna de indignación en esos medios que llenan sus titulares con Venezuela.

Claro, está en juego el petróleo existente en Venezuela y terminar de dar la puntilla a los gobiernos que en América Latina han desafiado y contravenido los intereses del Imperio. En fin, no tengo palabras para calificar la posición de ese socialista de pro, llamado Felipe González, la desvergüenza elevada a la enésima potencia.

El Partido Socialista Obrero Español, del que forma parte este personaje, como siempre sucede en todos los asuntos que son verdaderamente cruciales, donde hay que tomar claramente posición por la decencia, la democracia, la igualdad...en estos asuntos, desfallecen y encuentra su sitio entre los poderosos, alineándose con la derecha reaccionaria. ¡Pelillos a la mar con las críticas a Trump!

Y qué decir del gran despliegue mediático utilizado para informar (o, para ser más preciso, convertir en mercancía destinada a audiencias poco exigentes, que tanto gustan del morbo) del niño que ha fallecido en Málaga.

Sin embargo, CERO información de los medios de comunicación dedicada a los cientos de niños que mueren ahogados en el Mediterráneo.

No es tan interesante, en términos publicitarios, hablar de este asunto. Y, por supuesto, hay que ocultar la política de barbarie -llamemos a las cosas por su nombre, un verdadero genocidio- cometida por las autoridades comunitarias y seguida, después de algún que otro gesto para la galería, por el gobierno español.

¡Que siga la feria y la intoxicación mediática y política!

Más Noticias