El run run

Detalle humano de la ministra Chacón

La ministra de Defensa, Carme Chacón, ha vuelto a poner de relieve su calidad humana ante la adversidad. El Día de Reyes, después de todos esos actos oficiales propios de la Pascua Militar –besamanos, condecoraciones, discursos, aperitivos y canapés para felicitar el cumpleaños a Juan Carlos I–, recibió la noticia de que había fallecido el hermano de una colaboradora suya muy cercana, y, sin pensarlo dos veces, decidió acudir a acompañarla y consolarla en su dolor, de modo que abandonó el Palacio Real, se fue al ministerio, donde debía despachar varios temas urgentes y, sin apenas tiempo de disfrutar con su marido viendo a su pequeño hijo con los juguetes nuevos, se dirigió al tanatorio de Coslada. El pequeño Miguel protestó. Lógico. El niño quería estar con su mamá. Ella trató de convencerle de que volvería pronto, pero el pequeño siguió protestando. Entonces lo tomó en brazos y se lo llevó consigo a aquel triste lugar de la periferia madrileña en el que la familia de su colaboradora velaba a su ser querido. La ministra permaneció más de media hora en el tanatorio mientras alguien entretenía al pequeño Miguel en una esquina alejada de la puerta del velatorio y la tristeza. Todo un gesto de sensibilidad por parte de quien conoce de cerca la fina línea entre la vida y la muerte para achicar el fanatismo y la desolación en lugares como Líbano y Afganistán.

Más Noticias