Tierra de nadie

El secreto de la risa de Camps

A estas alturas de la película tenemos una idea bastante clara sobre Francisco Camps. Sabemos que es un señor enjuto y elegantísimo, de esos a los que cuesta menos invitarles a comer que hacerles un traje. Intuimos su devoción por la Virgen de los Desamparados, adquirida tal vez entre los jesuitas. Juraríamos que la vida le ha sonreído, de ahí que intente demostrarlo apretando mucho las mandíbulas y devolviendo permanentemente el gesto en forma de mueca. Para completar el cuadro, este pasado fin de semana ha revelado que si es siempre tan feliz es porque sus abuelos le transmitieron ternura y cariño, no como el de Zapatero que debió de preferir que lo fusilaran a conocerle.

De Camps sabemos casi todo, salvo las razones de por qué se le vota tanto. No habría tal misterio si fuéramos capaces de encontrar en Valencia el cuerno de la abundancia y viéramos que de la fuente del Tribunal de las Aguas mana leche, miel y el vermut son seltz del mediodía. Sólo desde esa opulencia se podría entender que una ciudadanía agradecida hiciera la vista gorda, no ya a su fondo de armario sino a la malversación del dinero público que su Administración presuntamente ha consentido, en beneficio de sus amiguitos del alma y del PP.

Sin embargo, la tasa de desempleo en su comunidad es del 24,12%, tres puntos más que la del conjunto del país, y el 50,9% de los menores de 25 años en edad de trabajar están mano sobre mano, cinco puntos por encima de la media. Y no será por falta de gasto, ya que Valencia, además de la tierra de las flores, de la luz y del amor, es la autonomía más endeudada de España en términos comparativos: el agujero de 17.600 millones de euros que tenía en 2010 representa más del 17% de su PIB. He ahí el milagro económico de don Francisco.

Con estas credenciales, Camps presume de haber hecho la gestión más sobresaliente que se recuerda por aquellos lares, algo comprensible teniendo en cuenta que el PP lleva en el machito 16 años y la memoria es más frágil que el cristal de Bohemia. Los sondeos le auguran otra mayoría absoluta el 22 de mayo. Lo raro es que no se riera.

Más Noticias