Tierra de nadie

¡A refundar se ha dicho!

Si no fuera porque cuando uno está con el agua al cuello la risa floja te hace tragar agua como un condenado, las solemnes declaraciones de estos días de Sarkozy y Merkel en las que han explicado sus planes para salvar el euro tendrían que haber sido recibidas con grandes carcajadas. La receta de Merkozy, ese Jano que habla indistintamente en francés y alemán según convenga, es la de modificar los Tratados Europeos para imponer un pacto fiscal que consagre la ortodoxia presupuestaria, so pena de fuertes sanciones que podrían llegar a la pérdida de la soberanía económica del infractor.

Sería una idea deslumbrante comparable al descubrimiento de América si no fuera porque ya está en vigor un mecanismo similar en los Tratados, que se dio en llamar Pacto de Estabilidad y Crecimiento, en el que se fijan estrictas reglas para el déficit excesivo –el superior al 3%- y sanciones económicas por un importe fijo de un 0,2% del PIB más otro variable equivalente a la décima parte de la diferencia entre el déficit registrado y el valor de referencia, es decir el 3%. Para entendernos, un país con un déficit del 6% tendría que depositar en la UE un 0,2% más otro 0,3% de su PIB, que se convertiría en multa si persiste en su actitud derrochadora.

Ocurre que Alemania y Francia fueron los primeros países en incumplir el pacto y en pasarse por el Arco del Triunfo y la Puerta de Brandemburgo, respectivamente, las sanciones que el entonces comisario Pedro Solbes les comunicó en sobre lacrado. A día de hoy, la deuda pública de ambos países está muy por encima del límite del 60% establecido en los criterios de convergencia. De ser la austeridad la clave de bóveda de la salida de la crisis, ¿no sería más sencillo cumplir lo firmado que ponerse a reformar de nuevo los Tratados?

Si no se han reído bastante escuchando a Sarkozy hablar de refundar Europa -su segunda misión después de refundar el capitalismo-, o a Merkel defender la independencia del BCE, que así se llama ahora el Bundesbank, echen un vistazo al nuevo récord del paro registrado en esta España volcada en reducir el déficit. Para partirse.

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