Bocacalle

"Diagonal" cumple un sexenio muy saludable

Hace ya seis años que el periódico Diagonal salió a la calle con el estimulante afán de hacer una lectura crítica de la actualidad desde una perspectiva de izquierda, independiente de siglas, partidos o grupos empresariales. Para celebrarlo, el numeroso colectivo editor que hace posible la publicación organizó el pasado día 20 una serie de actos en Madrid, que concluirán el próximo sábado con dos eventos más (teatral y musical) que tendrán lugar, respectivamente, en la capital de España y Santander.

Me incluyo entre los muchos profesionales que cuando se publicó el primer número de Diagonal creyeron que estábamos ante un experimento más de periodismo alternativo, con más voluntarismo altruista que posibilidad real de larga vida. La historia reciente de ese tipo de prensa en España está llena de ejemplos que ilustran la confirmación de esos diagnósticos.

Es tanto el escepticismo arrastrado en esa materia que no conté incluso con mi personal apreciación de que el producto fue desde sus inicios un trabajo bien hecho, algo que indudablemente ha tenido que ser valorado por sus lectores y suscriptores para que la empresa se haya mantenido durante todo un sexenio, sin contar con más propaganda que la de su puntual publicación a lo largo de 146 números.

Como además ha sido notable el camino de perfección desarrollado a lo largo de ese tiempo, invito desde aquí a quienes no conozcan el periódico a que se acerquen a los contados puntos de venta donde se puede encontrar para que aprecien la necesidad de su lectura. No les defraudará. Darán por bien empleados los dos euros que cuesta cada número y es muy probable que no dejen de hacerlo cada quincena, pues Diagonal adoptó y mantiene desde su origen -supongo que por imperativos económicos- este tipo de periodicidad.

Puestos a poner algunas pegas y dado que la publicación suele gozar de un amplio contenido de materias, echo en falta un índice que las adelante al lector en las primeras páginas, así como una presentación más resaltada de las mismas en lo que se refiere a titulación, sumarios y ladillos. En este sentido pesa un poco el hecho de que el periódico pretenda ofrecer muchos temas en pocas páginas, por lo que se tiene la impresión de que la densidad tipográfica es excesiva.

Desde aquí deseamos larga vida a Diagonal y esperamos que su presencia y cualificación profesional sigan contribuyendo a mantener esa visión crítica que, desde la izquierda independiente, resulta tan imprescindible en el panorama mediático de nuestro país.

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