Bocacalle

Arafat y Chávez, dos líderes muy molestos

Hay una pregunta a la que no he podido dejar de darle vueltas a raíz de haber visto las fotografías ilustrativas de la multitudinaria marea popular que arropó el cortejo fúnebre del fallecido Hugo Chávez, comparable a la hilera de siete kilómetros de ciudadanos que quieren despedirse de quien fue presidente de su país durante los últimos catorce años. Ante una y otra evidencia de aprecio y admiración por la figura del líder de la revolución bolivariana, cabe preguntarse, primero, cuándo se volverá a dar en la historia de aquel país o en la de otro cualquiera una tan masiva expresión de dolor como la que se está viviendo estos días en Venezuela. ¿Alguien se imagina algo así en la vieja Europa? Claro que para hacerme la primera de las preguntas he tenido que complementarla con una observación que resulta obligada respecto al protagonista: su fallecimiento por enfermedad le sobrevino siendo primer mandatario de aquella república, algo que no suele ocurrir en la historia contemporánea de las naciones cuando se trata de un Jefe de Estado menor de sesenta años. Solo recuerdo unas parecidas circunstancias en el fallecido presidente de la Autorida Nacional Palestina, Yasser Arafat, que también fue masivamente llorado por su pueblo, aunque en la hora de su extraño y nunca aclarado óbito -sobre el que se ciernen especulaciones que hablan de envenenamiento a cargo de agentes del Mossad israelí- tenía 75 años. Ambos presidentes, Chávez y Arafat, coincidieron también en ser muy molestos para quienes en 2004 y 2013 los han preferido y prefieren ver como hoy son y están, admirados por sus pueblos pero muertos.

Más Noticias