Fuego amigo

Sotanas de color azafrán y sotanas negras como sus pecados

El Papa Ratzinger suscitó en su día las iras de los budistas por aventurar públicamente que el budismo no era una verdadera religión ("de algún modo es una espiritualidad erótica"). Yo tampoco sé si es una religión al uso, con sus dioses, ángeles y demonios, pero al menos el Dalai Lama, con su mensaje amable (¿erótico?), no anda por el mundo asustando con castigos divinos.
En la Birmania hoy llamada Myanmar, sus seguidores espirituales han alzado su voz contra la dictadura militar, a la que no le importa practicar el tiro al blanco contra sus ciudadanos con tal de mantenerse en el poder. Curas de sotana azafrán a los que el pueblo admira y mira como su única esperanza de salvación. De salvación aquí, en su tierra miserable.
Cuando en España se sublevó el franquito contra la legalidad republicana, los curas, éstos nuestros de siniestra sotana negra, como sus propios pecados, lo que alzaron no fue su voz sino el palio, un dosel de rico paño llevado en volandas por cuatro porteadores babeantes, para acoger bajo su manto protector al indigno dictador militar, perjuro y asesino.
El alineamiento político de las iglesias está íntimamente sujeto a su estatus en la sociedad. La católica, la que comenzó siendo la religión de salvación de los desposeídos, cuando se convirtió en oficial con el emperador Constantino abandonó el Evangelio ("es más difícil que un rico entre en el reino de los cielos...") para trasladar sus promesas de felicidad para después de la muerte. Cínicamente, el paso por este Valle de lágrimas era apenas el pasaporte al premio eterno.

El Islam, convertido en norma civil en las dictaduras por cuyas venas corre el petróleo, ofrece unas expectativas de Paraíso que ofenden la inteligencia a cambio de mantener sumisa y de rodillas, cinco veces al día, a la población que desgobiernan.
Vidas paralelas. En Myanmar, los monjes budistas, los curas de sotana azafrán, han entregado sus creencias a una religión de liberación de los oprimidos. Y entre rezo y rezo toman la calle y exponen sus vidas por una existencia mejor en la Tierra. Quizá porque saben que los otros mundos prometidos están en este.
--------------------------------------------------------------------------------------
Meditación pata hoy: cuando vi en la portada de ayer de Público al magistrado ultra conservador Roberto García Calvo en dos fotografías, separadas en el tiempo 25 años, una, jurando de rodillas los Principios Fundamentales del Movimiento ilegal como gobernador civil de Almería, y la otra, jurando la Constitución sobre el libro sagrado después de ser nombrado magistrado del Tribunal Constitucional, me dije a mí mismo mismamente en mi misma mismidad: uno de los dos juramentos por fuerza tiene que ser falso. Él dice, en su descargo, para adornarse con una pátina democrática, que el juramento falso era el primero. Mientras no me lo jure sobre la Biblia no me lo creo. Tampoco.

Más Noticias