Fuego amigo

La conjura de los del PP

La famosa novela "La conjura de los necios" nos reveló a todos un hallazgo ingenioso de un ácido escritor nacido tres siglos antes, Jonathan Swift. Decía el autor de los Viajes de Gulliver: "Cuando un verdadero genio aparece en el mundo, lo reconoceréis por este signo: todos los necios se conjuran contra él".

Desde que conocí la sentencia me cuido muy mucho de elegir escrupulosamente a mis enemigos, a los que fustigo a diario, y a los que exijo un contrastado pedigrí de necios, con la vana pretensión de que entre todos ellos me conviertan en genio, sustituyendo así las carencias que la naturaleza me negó de nacimiento.

Es el método elegido por Zapatero para la última remodelación de su gobierno, como bien ya avisamos algunos en su momento: el nombramiento de Rubalcaba haría temblar las frágiles líneas parlamentarias del Partido Popular y removería la cama en la que sestea Mariano Rajoy, una vez señalado el ministro del Interior como el posible tapado del PSOE para las próximas elecciones generales.

Ayer, en su estreno parlamentario como vicepresidente, recibió el envite de la oposición durmiente en tres oleadas, donde los conjurados se remontaron hasta el GAL, o la supuesta camarilla policial que persigue a los inocentes militantes de la galaxia Gürtel, toda ella gente de bien mancillada por acusaciones de delitos de blanqueo de dinero, malversación de fondos públicos, cohecho y no sé cuántos pecadillos más sin importancia.

Podríamos decir, pues, que "cuando un verdadero sucesor de Zapatero aparece en el mundo, lo reconoceréis por este signo: todos los dirigentes del PP se conjuran contra él".

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