Fuego amigo

La presunta y el ex

La teniente de alcalde de Marbella, Isabel García Marcos, ya ha encontrado abogado. La presunta delincuente ha solicitado los oficios de un ex delincuente indultado por el PP, el ex magistrado de la Audiencia Nacional Javier Gómez de Liaño. Yo no sé si eran amigos o se trata simplemente de una relación contractual motivada por la fama del valor profesional de Gómez de Liaño y su experiencia judicial. Claro que cabe preguntarse, ¿qué experiencia busca en él su cliente? ¿La obtenida con el ejercicio de la judicatura o la aprendida en su otra faceta de malhechor?
Y es que a los jueces les ocurre un poco como a los curas. De vez en cuando, algún clérigo, acuciado por la curiosidad de tanto delito como tienen que escuchar en el confesionario, sucumben a la tentación de atravesar el espejo para hacer una breve incursión en los pecados más apetitosos. Unos piensan que a veces hay que hacer un alto en la virtud para que nuestras vidas cobren un ápice de ilusión. O quizá alguno se va de putas, o se hace pederasta, o se juega el dinero de la parroquia en Gescartera en sus ratos libres simplemente con la intención de acumular experiencia con la que luego juzgar a su rebaño descarriado con mayor conocimiento de causa.

Que los feligreses puedan robar a espuertas o mantener tres amantes a un tiempo, y que aún encima se lo cuenten con pelos y señales, debe de tener un efecto reclamo sobre el confesor sólo superable por espíritus de entrenamiento espartano. De la bendición del cura o del golpe de maza del juez depende el futuro del feligrés y del reo. Tanto poder acumulado en una sola persona tiene que, por fuerza, constituir una tentación irresistible. Así que, ¿quién mejor que un juez que conoce el otro lado de la ley para defender a una teniente de alcalde que conoce el otro lado de la política, ese lugar hediondo donde se secuestra la administración de la res pública para violarla y saquearla a placer a escondidas de miradas inoportunas? ¿Quién mejor que el cura rijoso para disculpar los pecados de la carne de sus ovejas descarriadas?
Por supuesto que forma parte del programa de rehabilitación de los ex delincuentes, como Liaño, el integrarse en la sociedad y ejercer la profesión y oficio de los que tan mal uso habían hecho con anterioridad. Es, además, una buena noticia. Pero no deja de ser sintomático que para su redención social el ex juez haya elegido un caso tan sonado, de tanta notoriedad mediática. Quizá es que, harto de aparecer en las páginas de sucesos y en los telediarios, prefiera ahora el calor sentimental de la prensa del corazón.
Por no hablar de que el chollo de un cliente capaz de acumular en su dormitorio 300.000 euros en metálico, para los pequeños gastos diarios, no se deja caer por el bufete todos los días.

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