Fuego amigo

En la quinta dimensión se explica todo

Durante miles de años, la explicación del mundo corrió a cargo de las religiones. Si llovía o granizaba, si la tierra se abría bajo tus pies y los volcanes entraban en erupción, o te partía un rayo, o te llevaba por delante una riada, todo se explicaba mediante la teoría de los "designios inescrutables" de los dioses. No es que los dioses fueran unos sádicos que disfrutaran con la desgracia humana: es que su lógica superior era inescrutable para la mente humana. Una vez muertos, ya nos serían dadas cumplidas explicaciones de por qué los dioses consienten que el Papa viva en palacios entre sedas y encajes, mientras los negritos subsaharianos se dejan la vida en patera y, lo que es peor, implorando en su agonía al dios equivocado.

Con estos mimbres "lógicos" se puede hacer el cesto más disparatado sin poner en peligro la salud mental de sus seguidores. Desde los albores de la humanidad, cualquier curita o chamán era un premio Nobel en potencia, dependiendo de la habilidad e imaginación para urdir su patraña particular y el éxito alcanzado entre sus fieles. Vino luego la filosofía griega con el intento de explicar el mundo y sus fenómenos, hasta que la ciencia moderna, con la sistematización del método científico de experimentación, tomó el relevo.

Cuando todo parecía encajar, la ciencia se puso rara y apareció la física cuántica en la que ocurren sucesos "inescrutables" para la física clásica. O la "Teoría de cuerdas", que se saltaba a la torera el mundo tridimensional que comprendemos a simple vista, y dejaba la puerta abierta a una quinta dimensión, donde cualquier suceso extraño tiene posible acomodo dentro de la lógica.

Los sacerdotes desesperando por conciliar su credo con la razón, y resulta que ciencia y religión volvían a encontrarse en otra dimensión, algo que podríamos encajar en el concepto del "más allá", y que nuevamente se escapa al terreno de la experimentación.

Por ello, cuando gente como Ingrid Betancourt visita la cueva de Lourdes y le pide a su diosa "otro milagro", quizá no sea un disparate, sino que vive ya en la quinta dimensión.

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