Merienda de medios

El cementerio de La Moncloa

Antes de ser declarados oficialmente muertos, a los desaparecidos se les concede un plazo de diez años para dar señales de vida. El Gobierno, en cambio, sólo ha necesitado uno para convencernos de que ni está ni se le espera, y que lo mejor es oficiar cuanto antes el funeral para que la viuda, o sea, Zapatero, rehaga su vida. Hasta tal punto es un clamor la remodelación del Ejecutivo, que ya la pide hasta Enric Sopena, que es al PSOE lo que la Custodia franciscana a los santos lugares: "Sí está al alcance de Zapatero robustecer su Gobierno y que su fortaleza se proyecte con nitidez e intensidad", decía en un autorrefrito en El Plural.

Las especulaciones sobre la crisis se han aderezado con un recuento provisional de víctimas, entre las que se cita a la vicepresidenta De la Vega, cuyo puesto recaería en la titular de Defensa, Carme Chacón. Zapatero se lo pensará, más si cabe, después de que Margarita Sáenz Díez se lo desaconsejara vivamente. "Yo que tengo una confianza extraordinaria en esta ministra creo que sería un feo al Ejército y a las Fuerzas Armadas que se constituyera la presencia de la ministra como un paso, como una palanca para acceder a un cargo superior. Y creo que la actual vicepresidenta merece continuar", afirmaba la salsa de cualquier tertulia. ¿Dónde? Si ayer era martes, en Telecinco.

Tampoco lo tenía claro Luis Rodríguez Aizpeolea, acreditado zapaterólogo, quien opinaba que esta jugada, pensada para más adelante, ahora sería precipitada. "A mí ya no me engañan.Tengo bastante edad (...). He vivido tantas crisis de Gobierno que ya no me creo nada de lo que diga el jefe de Gabinete, el ministro cabreado o el secretario de Organización mosqueado con no sé qué vicepresidenta... Y no hablo ahora de Blanco y María Teresa Fernández de la Vega", aclaró en RNE, por si las moscas.

De lo que nadie dudaba era de la inminencia de una crisis que convertirá a Pedro Solbes en ex ministro, un cargo que, como decía el popular Jesús Posada, es para toda la vida. "La crisis ha empezado con la destitución de Fernández Bermejo. Es una crisis en dos etapas", aseguraba Ernesto Ekaizer en Espejo Público antes de dar la palabra al porteño Carlos Rodríguez Braun, por lo que uno ya dudaba si estaba viendo Antena 3 o la argentina Telefé.

Amplio consenso

Si en ABC Ignacio Camacho sostenía que "la crisis ha puesto en evidencia la falta de solidez de un Gabinete, desleído en la insustancialidad", en la SER José María Ridao radiografiaba la situación actual en parecidos términos: "Estamos sin credibilidad; sin estrategia". Zapatero ha logrado poner de acuerdo a tirios y troyanos en que su Ejecutivo es peor que el aceite de ricino. Por fin, el consenso.

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