Modos y Modas

Bondad S.A.

CUALQUIERA TE DICE NADA //  ALBERTO OLMOS

Palpándome los bolsillos el otro día, me di cuenta de que no me llega para ser una buena persona. Enseguida me senté a la mesa e hice cuentas. Para ello, antes de nada, establecí un parámetro de la bondad, que discurría entre la bondad absoluta y la bondad cero. En el pico más alto de esta escala aparecía Bill Gates.

El dueño de Microsoft ayuda a este planeta. El hombre más rico del mundo es la persona más generosa, desprendida y amigable que existe. Su dinero es ya responsable de la felicidad de miles de niños, y seguramente su contribucion a todo tipo de causas nobles ha mejorado la vida en numerosos puntos del globo.

Después de Bill Gates, figuraban cantantes y actrices. Muchos de ellos salen a menudo en prensa por el dinero que dan, por los besos que envían a África y por los píos derroches que protagonizan.

Finalmente, en la escala que comento, aparecían las empresas. Directamente nombres como Renault, IBM o Benetton. Todas ellas hacen esfuerzos propios de buenas personas; esto es, ser ecologistas, preocuparse por los desfavorecidos, tomar medidas contra pandemias...Apenas me ayudo a mí mismo y ni siquiera me acuerdo siempre de separar la basura. Me desanima mucho que los coches de Renault vayan a ir al cielo antes que yo; y que cualquier millonario con un buen asesor de imagen se preocupe efectivamente por cosas que a mí ni me quitan el sueño. Realmente tengo la impresión de que hoy en día para ser bueno hay que comprar acciones.

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