Multiplícate por cero

Sindicatos, organizaciones de siglos pasados

En el siglo XVIII, ser sindicalista se penaba con cárcel. En el XIX, las centrales inglesas sostuvieron a los huelguistas franceses. En el XX, los sindicatos se convirtieron en pieza básica de la economía occidental capitalista. Ahora, en el inicio del XXI, ¿cuál es el poder de los sindicatos, su papel en España? Con el Estado del bienestar establecido y los mecanismos de protección legal laboral engrasados, aquella cólera sindical del post-franquismo ya no es una fuerza que moviliza a la sociedad. Para muchos, no pasan de ser interlocutores cómodos para el Gobierno y los empresarios. Sin embargo, ahora, con una crisis económica profunda, tal vez sea su turno otra vez.

Con despidos y expedientes de regulación de empleo crecientes, los trabajadores empiezan a exigir a las centrales pronunciamientos radicales. Suenan de nuevo las cadenas del fantasma de la huelga general. En los últimos años, los sindicatos han sido "muy razonables". Y se les ha elogiado por ello. Pero no se les ha exigido que se modernicen para seguir defendiendo eficazmente a los trabajadores. La afiliación no llega al 16% y la de los dos grandes sindicatos está en torno al 6,4%, cada uno. Hay dos derechos principales del trabajador: empleo y salario digno. En los últimos doce años, según la OIT, el poder adquisitivo de los asalariados españoles ha bajado ligeramente. ¿Dónde estaban los sindicatos? ¿Dónde están ahora?

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