Otras miradas

La municipalización de Europa, un proyecto en crecimiento

Marta Junqué

Activista de BComú, CatComú y la Xarxa d’Entitats Europeistes  de Catalunya

Crecen los debates para abordar las batallas locales en perspectiva europea, desde pueblos y barrios hasta en el Parlamento Europeo se habla de Municipalizar Europa, el debate municipalista en clave europeo va ganando relevancia política a seis meses de las elecciones europeas.

En Bruselas, el 3 de noviembre pasado se organizó un evento en el Parlamento Europeo en el que participaron concejales de Barcelona, representado por Gerardo Pisarello, de Nápoles, Ámsterdam, París y Grenoble, llamado "Municipalize Europe!", el cual generó una gran expectación entre los medios de comunicación y las asistentes. Este evento se realizó con la colaboración de diferentes organizaciones referentes como Corporate European Observatory, Transnational Institute, Fundación Rosa Luxemburg y Barcelona En Comú. Esta última después de meses de intensos debates a través del ciclo "Del Barrio A Europa", que vinculaba por primera vez municipalismo y europeísmo, aprovechaba para presentar allí 20 propuestas concretas para municipalizar Europa. Pero este no es un hecho puntual; para poner un ejemplo, este fin de semana se realizarán varios eventos que indican cómo la municipalización de Europa sigue expandiéndose.

Comenzando por la realidad más próxima desde Catalunya En Comú se lanza el primer debate del recién inaugurado ciclo "Del Municipio A Europa", en el que a través de diferentes jornadas en diferentes pueblos y ciudades de Catalunya, se analizarán las batallas locales y se conectarán con la dimensión europea. Y viceversa. La primera batalla que abordarán este fin de semana en Castelldefels es uno de los temas más candentes a nivel local y internacional: la lucha feminista.

Siguiendo por el continente europeo, en Roma este fin de semana diferentes movimientos sociales y organizaciones municipalistas y supramunicipales, lideradas por el alcalde de Nápoles, unirán sus esfuerzos para presentar un proyecto para las elecciones europeas, donde una de sus principales proclamas es la municipalización de Europa y luchar contra la extrema derecha liderada por Salvini.

Y cruzando el charco, Ada Colau ha sido la única alcaldesa europea invitada a participar este fin de semana en el encuentro organizado por el senador Bernie Sanders, donde participará en una mesa redonda para reflexionar sobre la necesidad de un movimiento progresista internacional junto con el mismo senador estadounidense . Y, en clave municipalista e internacionalista, este fin de semana se celebra en Valparaíso el cuarto encuentro regional organizado este año por la red Fearless Cities (Ciudades Sin Miedo).

¡Y todo esto solo en un fin de semana! Está claro que el movimiento municipalista avanza con fuerza con propuestas transformadoras e innovadoras en diferentes lugares y se extiende para conquistar un nuevo reto común: la construcción de una Europa municipalista.

Y aquí es el momento en que nos podemos preguntar: Pero, ¿qué significa una Europa municipalista? ¿Para qué?

Problemas para pagar el alquiler, comprar una vivienda, para respirar aire limpio o acceder a una gestión de agua pública de calidad. Miedo al ver cómo las tiendas de tu barrio desaparecen, cómo las condiciones laborales empeoran, cómo los lobbies cada vez se hacen más fuertes. Enfado al ver cómo el nacionalismo excluyente y conservador se está instalando en nuestras calles y ver cómo parece que entremos en una regresión de derechos sociales y de libertades (¡también feministas!). Rabia en ver a personas y niños ahogándose en el Mediterráneo o encerrados en centros de detención y no poder hacer nada. Frecuentemente pensamos que éstos son problemas que nos afectan solo a nosotras, a  nuestro municipio, pero si levantamos la mirada, nos damos cuenta de que éstos son problemas y sentimientos que estamos sufriendo muchas de las personas que habitamos en los municipios y ciudades de Europa.

 En síntesis, lo que pasa en nuestros pueblos y ciudades, pasa también en otros municipios europeos. Teniendo esto en cuenta debemos agrupar nuestras demandas, juntarnos, darnos cuenta de que no estamos solas y empezar a incidir en todas las instituciones que pueden cambiar a mejor a raíz de nuestras batallas. Lo que se decide en Bruselas tiene impacto sobre nuestras vidas. Por todo esto, necesitamos conectar las batallas y llevar nuestra voz a Bruselas y estar representadas allí donde se toman decisiones que nos afectan. Por esto necesitamos municipalizar Europa.

 Es momento de llevar las batallas ciudadanas a las instituciones europeas, como por ejemplo el acceso a la vivienda. Ante la grave crisis para acceder a una vivienda asequible y digna, ciudades y pueblos están poniendo en marcha muchas iniciativas para poder parar el proceso de gentrificación y turistificación, como por ejemplo Terrassa con la expropiación temporal de viviendas, Palma y Barcelona con la creación de oficinas antidesahucios y la regulación de alojamientos turísticos. Sin embargo, este debate está ausente en las instituciones europeas, aunque, como se ha demostrado, el lobby de Airbnb presiona con fuerza en Bruselas para vetar las iniciativas regulatorias de las ciudades y quejándose de las regulaciones interpuestas por Barcelona, Berlín y París. Esto debe cambiar.

 No se trata solo de llevar las batallas municipales a las instituciones europeas, "sino hacer bajar la política europea a los barrios y pueblos" como afirma Ernest Urtasun, apostando por la política multiescala. El cambio climático, la gestión de los flujos migratorios, los acuerdos comerciales como el TTIP o el CETA,  el desarrollo del Pilar Social Europeo, son retos globales y de escala europea a abordar. Para abordarlos, es clave que haya una mayor conexión entre la escala europea y local. Para conseguir los retos del pacto climático de París, por ejemplo, las ciudades juegan un papel fundamental para aplicarlo. Gracias a los planes de clima de los gobiernos de Colau y Carmena, España no fue sancionada. Pero no solo es una cosa de las grandes ciudades; por ejemplo, los municipios medianos y pequeños pueden desarrollar un rol clave en la gestión y integración de las personas migrantes, como demuestra el pueblo italiano de Riace y su alcalde Domenico Lucano. Si las instituciones europeas dieran más voz y más recursos directos a los municipios, esta nueva gobernanza podría conseguir mejores resultados. Debemos apostar para que los municipios tengan mayor incidencia legislativa y vinculante en las decisiones europeas, como por ejemplo en el nuevo plan quinquenal de la Comisión Europea, que empezará el próximo junio.

Es evidente que el actual proyecto europeo no tiene dirección ni visión política y no es capaz de dar respuesta a los retos que se plantean. La municipalización de Europa representa una bocanada de aire fresco para refundar europa. Las experiencias de Barcelona, Castelldefels, Zaragoza, Carcaboso o Amsterdam, entre otras, han demostrado desde las mismas instituciones en las que habían sido gobernadas por las fuerzas conservadoras, se ha podido cambiar el rumbo político de la institución, transformando las prioridades políticas y las prácticas. Si llevamos el espíritu de transformación social de estas experiencias locales a nivel europeo, podemos conseguir refundar una nueva Europa, que se inspire en  los principios fundacionales de una Europa social y políticamente unida como en 1941 plantearon dos italianos antifascistas, Altiero Spinelli y Ernesto Rossi en el célebre ‘Manifiesto de Ventotene’.

 Estamos en un momento decisivo, el mundo parece haber enloquecido, dentro y fuera del territorio europeo, como manifiestan las victorias de Trump, Salvini, Bolsonaro, es momento, de apostar por una Europa municipalista, construida desde abajo, desde una confianza amplia, de la confluencia, del feminismo, de la alegría y la esperanza de vivir en una Europa social y radicalmente democrática.

Más Noticias