Otras miradas

Por una campaña electoral limpia

Inmaculada Ranera y Odón Elorza

Miembros de +Democracia.

Por una campaña electoral limpia
Carteles deteriorados de VOX para las elecciones del 28 de mayo, a 26 de mayo de 2023, en Madrid (España).- EUROPA PRESS

No queremos pecar de ingenuos. Queremos expresar nuestra preocupación ante una campaña electoral que culmina un periodo de dura confrontación entre partidos a lo largo de toda la legislatura. El nivel de crispación de la vida política ha propiciado un escenario en el que los discursos de odio, las injurias y descalificaciones personales están polarizando tanto a las élites políticas como a la sociedad, generando el desgaste de las instituciones democráticas.

La política debe evitar la atrofia de nuestro sistema de gobierno, avanzando en un proceso reformista e innovador en parte congelado. Una democracia que sepa responder a las nuevas demandas ciudadanas en un entorno de incertidumbres vinculadas a la globalización, a la crisis climática y a la revolución tecnológica. El fortalecimiento de la democracia, frente al crecimiento de la extrema derecha y el "trumpismo", depende de su capacidad de reinventarse y evolucionar hacia una democracia más comprometida con el diálogo, la justicia social, la igualdad, la participación ciudadana en la toma de decisiones, la transparencia y la ética.

Con ocasión de la nueva campaña electoral, se impone la reflexión entre las candidaturas sobre la salud de la democracia, sus debilidades y las amenazas que soporta. Y el objetivo debe ser afianzarla, huyendo tanto de la autocomplacencia como del derrotismo de quienes lo ven todo negro.

En medio de una creciente desencanto de la ciudadanía y en el marco de una campaña electoral, los comportamientos políticos viciados deterioran las bases del sistema democrático puesto que inciden directamente en el grado de confianza de la ciudadanía en las instituciones. Las campañas electorales tendrían que interesarnos a todos y servir para promover una alta participación. Para ello, se necesita -como propone +Democracia- una Campaña Limpia con actitudes y prácticas que, de momento, no están previstas en una legislación que necesita una revisión a la que añadir vías de autorregulación.

Las buenas prácticas democráticas son una responsabilidad indelegable de los líderes partidarios. Por esa razón, sería deseable que quienes se presentan como candidatos y candidatas se esfuercen en hacer una campaña limpia, rigurosa con los datos, evitando descalificaciones personales, transparente y sin falsas promesas.

Se debe facilitar el conocimiento de los Programas Electorales y hacerlo accesible y comprensible por todos los medios al alcance de los electores, incorporando una evaluación económica de las propuestas, así como el compromiso de una posterior rendición de cuentas sobre el grado de cumplimiento de esas previsiones. Igualmente, debiera hacerse público el coste desglosado y las vías de financiación de la campaña de los partidos o plataformas electorales con total transparencia.

Sería de gran interés encomendar a un organismo independiente la tarea de actuar como verificador o comparador objetivo de los Programas Electorales, analizando las diferentes propuestas de manera que se pueda ofrecer una información clara y contrastada a la ciudadanía. Es imprescindible la celebración de debates electorales, tanto con el formato de cara a cara entre los dos candidatos principales a la Presidencia del Gobierno, como de debates entre las fuerzas que se presentan en todo el país y entre quienes representan el pluralismo en un Estado Autonómico.

Deben ser públicos los compromisos concretos encaminados a reforzar la democracia. Esperemos propuestas sobre la reforma de la legislación electoral, la lucha contra la corrupción, la garantía de independencia tanto de los miembros que se elijan en procesos transparentes como en la actuación de los altos organismos del Estado de los que formen parte, así como sobre el fortalecimiento del papel del Parlamento.

La presencia de las candidaturas en todos los medios de comunicación, en especial en los públicos, de manera que se cubran los actos políticos y se realicen las entrevistas y la distribución de espacios gratuitos, en tiempo y forma, son la garantía del respeto a los principios de pluralismo, igualdad, proporcionalidad y neutralidad. No cabe el veto a la presencia de medios de comunicación a los actos de campaña.

Por último, la campaña no puede servir para cerrar, aún más, las puertas al diálogo. Es más, una vez que se conozcan los resultados electorales los líderes debieran contribuir a evitar un mayor tensionamiento emocional de la sociedad que en nada contribuirá a mejorar la salud democrática. La investidura requerirá pactos para evitar repeticiones.

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