Otras miradas

España en manos de Puigdemont

Odón Elorza

Ex diputado del PSOE y miembro del Comité Federal

España en manos de Puigdemont
El expresidente de la Generalitat y eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont, ofrece una rueda de prensa durante la conferencia inaugural de las jornadas interparlamentarias de Junts per Catalunya, en el Hotel Thon EU, a 5 de septiembre de 2023, en Bruselas (Bélgica). Europa Press / Europa Press

¡Las vueltas que da la política! Puigdemont ha hablado pero la función solo acaba de empezar. Sabemos que una negociación da mucho de sí y que unas exigencias inicialmente intransigentes pueden ir tomando, con el paso del tiempo, un nivel más razonable. Aunque es verdad que con Junts asistimos a una negociación atípica que conlleva más crispación para la vida política, desafíos constitucionales y riesgos electorales para el PSOE.

Junts aspira a concurrir a las próximas autonómicas en Cataluña con un relato y un bagaje que mejore lo logrado por ERC en el Congreso de España. Se juega su supervivencia como una fuerza de peso. Por eso, no retirará sus demandas de Amnistía y Referéndum, ni renunciará a la vía de secesión unilateral. Mantener un gobierno de progreso va a requerir filigranas políticas para negociar el apoyo de ERC y Junts a Pedro Sánchez en el marco de la Constitución. También precisará muchas explicaciones que aporten credibilidad a lo que se pactara.

Más allá de la buena disposición del Gobierno a buscar cobertura legal a los posibles acuerdos, buscando "fórmulas al límite", preocupa la interpretación distorsionada que ante la opinión pública hagan el PP y sus medios de comunicación. En ese contexto, ganar la investidura no evitaría una legislatura calamitosa, con una derecha fuera de sí y con un Gobierno en lucha permanente por la estabilidad.

Es difícil abstraerse de los riesgos que ofrece semejante escenario político, crispado por una polarización que ha ido demasiado lejos y que podría llegar a romper las costuras del sistema democrático de convivencia. La opción de un Gobierno entre PP y Vox, con ocasión de una posible repetición electoral en enero, le da ahora a Puigdemont, enemigo declarado de España, todo el protagonismo y provoca un estado de ansiedad en la izquierda.


La política pierde su dignidad cuando los discursos de propaganda y consumo interno sustituyen a las prácticas políticas democráticas en favor del interés general, despreciando así la inteligencia ciudadana. No se trata de ingenuidad pero este complejo escenario de investidura es una oportunidad para intentar hacer política de altura, apoyada en el diálogo, el razonamiento, la ética y la aceptación del pluralismo democrático. No me cansaré de repetir que la confrontación sistemática sólo alimentará el odio.

Hay tiempo para avanzar en las conversaciones sobre la investidura de Sánchez y hacerlo con un guion presidido por la prudencia y la lealtad al Estado de Derecho. No puede ser de otra manera. Porque el diablo está en los detalles y todos los pasos deben ser coherentes y estar muy medidos.

En todo caso, confío en la responsabilidad y sentido de Estado del Presidente en funciones a lo largo de la negociación. Y si tiene que romper con Junts nadie debería descartar que esa decisión se convierta en una baza electoral a su favor de cara a enero.

Una apunte final. No olvidemos que cualquier acuerdo de investidura deberá pasar por un debate transparente en el PSOE y una consulta en urna a la militancia socialista, lo cual es una práctica democrática elemental que garantiza un consenso interno. Los acuerdos del PP con V0X, en cambio, no siguen nunca esa vía.

Más Noticias