Pato confinado

Receta de ajoblanco: almendras y migas para combatir el calor

Receta de ajoblanco
Ajoblanco.

Seguimos con la gran tríada de sopas frías, ángeles de la guarda en las olas de calor. Ya presentamos el gazpacho, el salmorejo, y ahora toca el ajoblanco. El Sol inclemente, ese dios de la canícula cruel, exige sacrificios culinarios. El ajoblanco es protección y refresco, y otra de las delicias que ha dado la gastronomía andaluza y extremeña. Una sopa de origen humilde que ha sobrevivido a los siglos (se dice que tiene origen romano), muy sencilla de preparar y que espanta a los 40 grados.

Receta de ajoblanco

Almendras crudas para ajoblanco.
Almendras crudas para ajoblanco. Moira Nazzari en Pixabay

Ingredientes 4 personas:

  • 120 gr. de almendras crudas, sin tostar ni salar.
  • 200 gr. de pan duro, del día anterior.
  • 120 ml. de aceite de oliva virgen extra.
  • 600 ml. de agua fría.
  • Dos cucharadas de vinagre.
  • Un diente de ajo.
  • Sal.

Elaboración:

Si te has peleado con gazpachos y salmorejos es seguir el mismo camino. Debes triturar bien los ingredientes hasta obtener una sopa muy fina. Su punto cremoso se lo regala el aceite. Hay recetas que solo usan la parte de la miga del pan. Si te gusta más fuerte puedes añadir otro diente de ajo. Muchos cocineros lo rematan con unas uvas, virutas de jamón o trocitos de melón, a modo de tropezón. Según la región, se sirve más fino o espeso. Puedes seguir los pasos que te presentamos a continuación o triturar todos los elementos a la vez, siempre asegurándote de que el conjunto quede bien repartido.

1. Pon a hidratar las almendras y las migas de pan blanco:

Conviene tener las almendras en agua un rato para que se trituren mejor. Pon los trozos de pan en un recipiente con agua también, pero en una cantidad justa, que no se deshagan. Deben estar así hasta que se ablanden.

2. Bate los ingredientes del ajoblanco:

En el recipiente donde vayas a triturar el ajoblanco, agrega las almendras hidratadas, el diente de ajo sin su germen y una pizca de sal. Debes procesarlo hasta convertirlo en una pasta. Añade después el pan junto al aceite de oliva y el chorrito de vinagre. Vuelve a batirlo hasta obtener una mezcla homogénea.

3. Añade el agua a la sopa fría:

Una vez tengas la pasta bien batida, incorpora agua fría y vuelve a procesarlo hasta conseguir la sopa fina. Déjalo reposar unas horas en la nevera, y sírvelo al mediodía, cuando apriete el calor.

➥ Para seguir refrescándote prueba con estas papas aliñás.

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