Con una coherencia y responsabilidad admirables, nuestro amado gobierno va a aplazar la ley del aborto porque resulta que al consejo de ministros en que toca aprobarla va a asistir Felipe VI El Preparao. Al ser monárquicos la mayoría de los españoles, y de los extranjeros no negros ni moros, es normal que una hijoputez de ley antisocial y machista no sea aprobada en presencia de nuestro adorado monarca, pues daría mala imagen y pondría en entredicho la excelsa consideración internacional de la marca España, y de sus hermosas mujeres, que diría Manolo Escobar (q.e.p.d.)

De todos los demócratas es sabido que a un rey tan preparao no se le debe de meter en berenjenales, pues tal actitud no solo molestaría al pueblo, sino también a las mujeres, que son unas amebas inferiores, muy desconocidas por la democracia y la monarquía, a las que te puedes follar, o violar, y, si se quedan embarazadas y abortan, les puedes meter una multa. Lo clásico en las sociedades desarrolladas.

Hay pichafrías que dicen que si el feto tiene alguna malformación, tras violar a la mujer, la tal mujer, o animal inferior abyecto, tendría que ser dotada del derecho de abortar. Cosa que a mí y a todos los cristianos nos parece una aberración. Si el feto tiene una malformación, la culpa la tiene la mujer, como de todos es sabido. Y si el legislador, en este caso Alberto Ruiz Gallardón, tiene una malformación, en ese caso contrario la culpa también la tiene la mujer. Yo no he conocido jamás a una mujer que no tenga la culpa. ¿De qué? Eso lo dejamos a la elección de los legisladores macho y preparaos como Felipe VI o Alberto Ruiz Gallardón.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche porque la mujer no tiene derecho a abortar, y porque las mujeres tampoco saben leer, y porque cuando abren la boca solo sirven para que les metas la polla en la boca. Lo normal, insisto, en una democracia igualitaria.

El hecho de que Letizia Ortiz haya abortado en su pasado es solo pasado, no Historia. Y nadie se come una ensaladilla pasada. ¿A quién se le ocurre pensar que Felipe VI sepa que su reinona ha abortado? A nadie con dos dedos de frente. Por mucho que los demócratas y los inteligentes anden presumiendo de que tienen más de dos dedos de frente, Felipe VI no los necesita. Y por eso Felipe VI es rey, y los demócratas y los inteligentes se pudren en la eterna oposición.

Las mujeres no tienen derecho a su cuerpo porque están muy buenas. Y Felipe VI lo sabe. O no lo sabe. Que yo no me meto en la inclinación sexual de los reyes elegidos democráticamente. Y entonces me parece muy razonable que aplacen la ley del aborto para que el día de su aprobación no esté Felipe VI en el consejo de ministros, no vaya a ser que se ponga cachondo, actitud muy impropia de un rey en medio de un consejo de ministros. Porque no hay que olvidar que a un consejo de ministros, por esto de disimular, también van tías. Unos las llamamos vicepresidentas y otros las llaman grupies.

Si yo fuera mujer, sería muy fan de Felipe VI, ya que la aprobación en consejo de ministros de la ley del aborto, gracias a él, y solo a él, se va a aplazar una semana. A eso lo llamo yo feminismo monárquico activista, que es como lo de Femen, pero en vez de enseñar las tetas enseñas la corona.

El consejo de ministros, en resumen, va a privar a Felipe VI del inmenso honor de asistir a la francachela de indocumentados que va a aprobar la ley del aborto. Pobre chaval, tan preparao como está. Ver cómo se aprueba esa ley le enseñaría a nuestro joven rey muchas cosas sobre la mujer, sobre su mujer, y sobre la libertad de las mujeres. Y después, una vez aprobada la ley, nos vamos de putas. Como haría papá, y como harían también los redactores de la ley del aborto tras pergeñar esta norma tan igualitaria y hermosa. Que no en vano está escrita con el culo. Que es lo que esta gente más aprecia de las mujeres.