Serie Z

Sitges: Rueda de prensa de “Celda 211”

Durante la rueda de prensa todo eran risas y bromas por el equipo responsable de "Celda 211". No es para menos. En todo festival que se exhibe no hacen más que recibir halagos de crítica y de público. El equipo está en una nube de felicidad y lo merecen; por hacer una gran película: dura, divertida, emocionante e impactante. Os la recomiendo por segunda vez y paso a transcribiros la rueda de prensa.

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-Ya han comenzado las conversaciones -nos cuenta orgullosa una productora de Tele5- para hacer un remake norteamericano, pero aun no hay nada cerrado. Creemos que tiene un gran potencial para EE.UU, y en EE.UU también lo piensan.

-Dicen que –bromea Luis Tosar- que el papel de Malamadre lo va hacer Eddy Murphy. Y el de Antonio Resines, Bruce Willis.

-Me gustaría conseguir –confiesa el director- que el cine español dejara de ser un género aparte. La gente, antes de ir al cine, dice: "¿Voy a ver una de ciencia ficción, un drama, una de terror o una española? " Hacer una película supone, para mí, tres años de mi vida. Es como si fuera a tener un amante durante 3 años. Necesito encontrar proyectos por los que no deje de sentir pasión durante todo ese tiempo. Ya que necesito esa pasión para que se involucren los productores, los actores, el equipo técnico, etc. Bueno, en esta ocasión fue al revés. Fueron los productores los que me entusiasmaron a mí al enviarme la novela homónima en la que está basada la película."

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-Para construir mi personaje me basé en muchas chorradas que se me iban ocurriendo –nos cuenta Luis Tosar- que si la voz de un amigo, que si llamaba al director y le preguntaba si me rapaba la cabeza y me ponía un poco cachas, etc. Pero sobre todo le basé en un preso con el que nos entrevistábamos. Llevaba 29 años en la cárcel. Tenía el aspecto de una ballesta a punto de dispararse. Nos regaló una frase que nos hizo ver perfectamente cómo era la vida en presión. Nos dijo "la psicosis es el estado natural de las cosas". La paranoia continua de quien te va a dar una cuchillada por la espalda, reconocer –sólo escuchando los pasos-que funcionario se acerca. Se sentía como el pez que se muerde la cola. Como era el líder de los presos, siempre que llegaba uno trataba de medirse con él para ganar respeto. Y cada vez que se peleaba para ser alguien dentro de la cárcel y se le siguiera teniendo respeto, el tercer grado, del que siempre estaba cerca, se le alejaba.

Otro preso nos dijo que la vida en la cárcel es el mundo de fuera pero en mp3.

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